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La amo tanto que no me importa qué sea infiel
Fecha: 11/11/2025, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: Un desconocido más, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Creo que cualquier hombre al que le guste ser cuck, siempre lo descubrió cuando su pareja le fue infiel, y este es mi caso. Esto sucedió cuando estaba por terminar la preparatoria; llevaba casi un año con mi novia Andrea. Andrea era una chica bastante tímida, por lo que yo era su primer novio; incluso fui con quien tuvo sus primeros fajes u orales; sin embargo, nunca llegamos a tener sexo, pues a ella le daba mucha pena. Siempre me había pedido que la esperara, cosa con la que yo no tenía problema. Hasta ese momento habíamos tenido una relación bastante tradicional; incluso diré que ya había rondado la idea de proponerle matrimonio. Pero había decidido esperar, pues apenas teníamos 17 años. Y tal vez todo hubiera seguido así, si en nuestro último semestre no nos hubieran cambiado de salón. Quedando separados durante las horas de clase. Aquí fue donde comenzó mi cambio en mi relación, pues hubo un tipo llamado Edgar que comenzó a pasar mucho tiempo con mi novia; eran equipo en los trabajos escolares, en las actividades recreativas y prácticamente estaban siempre juntos. Yo me moría de celos, pues había visto la fascinación que tenía Andrea hacia Edgar. Pues él, a diferencia de mí, era un tipo atractivo y atlético, lo que solo hacía que yo me sintiera cada vez más inseguro. Esta dinámica continuó, pues hasta ese momento todo era platónico, hasta que un día, saliendo de mis clases, vi a la distancia cómo Andrea y Edgar se dirigían hacia la entrada de la ...
... escuela. Algo en mí me dijo que estaba pasando algo; decidí seguirlos a la distancia. Ellos continuaron caminando bastante lejos de nuestra escuela, y se seguían yendo cada vez más lejos hasta llegar a un baldío. Este lugar estaba bastante alejado, al grado que era muy raro que pasara alguien por esa zona. Estaba ahí; me detuve por varios minutos pensando que si me acercaba de inmediato me verían, pues, como dije, el lugar estaba vacío. Pasados unos 10 minutos, caminé hacia el baldío y vi a Edgar de espaldas hacia mí, recargado en un árbol con los pantalones bajados. Desde mi posición pude ver con dificultad cómo Andrea se la estaba chupando a Edgar, de una manera tan profesional que nunca lo había hecho conmigo, pues siempre era torpe, pero con él parecía tener bastante práctica. No podía creer lo que estaba viendo; me quedé en blanco un par de segundos. Busqué una mejor posición; en mi desesperación buscaba que de alguna manera Edgar la tuviera amenazando con un cuchillo o algo que me hiciera sentir que la mujer que amaba no me estaba siendo infiel voluntariamente, pero al ver el rostro de Andrea, de inmediato supe que lo estaba haciendo con gusto. Nos separaban árboles y bardas semiconstruidas, así que simplemente me desplomé sin saber qué hacer. Pensé en irme, pensé en atacar a Edgar, pero en ese momento comenzaron a escucharse los gemidos de Andrea a todo volumen, con un inconfundible sonido de aplausos. Sabía que si me volvía a asomar, vería a mi ...