Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (6)
Fecha: 21/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... proferidos por el señor Z mientras se derrumbaba sobre el chico con todo el peso de su corpachón para caer enseguida en la cama, con los ojos desorbitados, respirando con fuerza por la boca y transpirando copiosamente a pesar del aire acondicionado.
Alex, a su lado y tendido boca abajo, ardía de calentura y luchaba contra la tentación de masturbarse allí mismo, junto a su violador, pero se le impuso su esencia de sumiso y logró salir airoso de tan dura prueba.
Después de un rato el señor Z comenzó a recuperarse de tan intensa faena sexual y fue reincorporándose, aunque con lentitud y algo dificultosamente. Logró por fin salir de la cama y dijo con voz pastosa:
-Estuvo genial, putito. Ahora me ducho y llamo a Ligia para que venga a llevarte.
-Lo que usted diga, señor… murmuró el jovencito mientras ansiaba afiebradamente pedirle permiso a la mujerona para masturbarse. “Quiero hacerlo delante de ella y que vea cómo tomo mi leche…” pensó.
Luego de un rato el hombre salió del baño, se vistió y llamó a Ligia por el handy que le había sido proporcionado, como en cada visita.
Poco después la matrona se hacía presente en la habitación.
-¿Disfrutó, señor mío? ¿Cómo se portó el nene? –quiso saber.
-En general bien, aunque en un momento quiso retobarse.
-¡¿Qué?! ¡¿cómo fue eso?! ¡¿qué hizo?! –se exaltó Ligia.
-Mañereó cuando quise besarlo en la boca.
Al oír al señor Z la mujerona encaró al ...
... chico: -¡Grandísimo insolente! -y dobló su brazo derecho hacia atrás por sobre el hombro izquierdo para darle una bofetada, pero el señor Z la detuvo:
-No, espere. Yo ya lo castigué.
-Ah, muy bien, a éstos hay que tenerlos cortitos. ¿Y cómo lo castigó? –preguntó la matrona aunque, conocedora de los gustos del señor Z, ya imaginaba cuál había sido el castigo.
-Le enrojecí el culo a chirlos ¿y sabe una cosa?, le gustó al nene…
-¡No me diga!... Bueno, me voy a encargar de mantenerlo feliz entonces. –ironizó Ligia ante esa nueva forma de gozar del chico que se le presentaba. –Cuando lo domé en el sótano fue con cinto y vara y sufrió mucho antes de rendirse, pero el chirlo es otra cosa, ¿cierto, mi bebé?
Alex sintió que las mejillas le ardían de vergüenza cuando contestó con un hilo de voz:
-Sí… sí, señora Ligia…
El señor Z observó que el pene del jovencito asomaba erecto bajo el borde inferior de la túnica y codeando a Ligia le dijo burlón:
-Mire, mire, señora, mire cómo tiene la pija… Está calentito el nene… -y rio provocando la risa de la mujerona que luego ordenó dirigiéndose a Alex:
-Bueno, esperame acá quietito, bien quietito y sin tocarte. Voy a acompañar al señor hasta la salida y vuelvo para llevarte a tu cuarto.
-Sí, señora, lo que usted mande… -aceptó el jovencito percibiendo claramente cuánto lo excitaba sentir y además expresar su sometimiento, que ya era absoluto.
(Continuará)