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Carnavales: segundo contacto sexual con la anaconda.
Fecha: 22/03/2019, Categorías: Gays Autor: luisjose1985ab, Fuente: SexoSinTabues
... derritieron. -Nosotros queremos lo mismo no te niegues yo sé que me deseas- me dijo al oído y pequeños besos inundaron mi cuello mientras su bulto se restregaba entre mis nalgas. En ese momentazo si que me perdí, cuando se activa la cabeza de abajo los líos se esfuman. Atrapado por un gigante no había forma alguna de liberarme, y tampoco quería hacerlo, tal vez estar encerrado en una casa a escondidas de la sociedad ha sacado un nuevo lado de mí que había deseado desde hace mucho tiempo. Su lengua juguetona se encargo de desaparecer cualquier pensamiento de negación, solo inclinaba la cabeza hacia un lado para que sus caricias a mi cuello hicieran estragos. Nunca en mi vida había sentido tan profunda excitación por acaricias en mi cuello y tetillas. Sus manos bajaron a acariciar mi pecho y abdominales hasta bajar a la única prenda que me dejaron colocar, el bóxer, y así quedar totalmente desnudo en medio de la cocina. Quedaron nuestros cuerpos totalmente pegados y entre mis nalgas y la parte baja de mi espalda sentía algo duro y caliente que se restregaba. Quedamos frente a frente comiéndonos a besos y nuestras vergas frotándose con nuestros líquidos seminales que empezaban a salir. Sus fuertes manos me agarraron y me subieron a un espacio libre cerca del lavaplatos para seguir con nuestros juegos. Yo con mis piernas abiertas y recibiendo las caricias de su verga junto a la mía que eran masturbadas por su mano mientras nuestras mordidas, caricias y besos eran cada vez eran ...
... más salvajes. Lo seguí, a una habitación más grande que en la que había estado anoche. Olía a sudor y estaba levemente desordenada, nos tumbamos en la cama y de inmediato comenzó la fiesta. Pepe besaba de una forma tan profunda que casi no me dejaba respirar y con su cuerpo encima de mí, sentía que un animal furioso estaba dominándome y yo solo dejaba hacerme, no podía hacer algo más. Sentía su verga enorme rosarse con la mía mientras él seguía besándome el cuello, la frente, las orejas, y mordiéndome las tetillas haciéndome gritar de vez en cuando. Mis manos eran inmovilizadas por la suyas, quedando a merced de sus deseos. No sabía en lo que me estaba metiendo y que forma de no saberlo. Fue bajando hasta mi guevo que ya estaba duro y lubricando, sin dudar un segundo fue al grano, se metió mis 19 centímetros hasta el fondo dejándome paralizado de placer. Era un experto mamando guevo y como lo demostraba, una y otra vez hasta el fondo con gula, llenándome de saliva y aprovechando para acariciar mi perineo. Yo seguía en el puto cielo, sintiendo su garganta y su lengua moviéndose de un lado a otro. Estaba indefenso a las caricias de ese macho que me estaba propinando la mejor mamada de mi puta vida. Luego levanto mis piernas y comenzó a besar mis bolas para después metérselas completas en su boca y seguir mamándome el guevo. Chupaba por todos lados, las caricias en mi perineo me tenían loco y cuando paso su lengua por mi culo trate de levantarme. -Ya vas a ver cómo te gusta, ...