1. Carnavales: segundo contacto sexual con la anaconda.


    Fecha: 22/03/2019, Categorías: Gays Autor: luisjose1985ab, Fuente: SexoSinTabues

    ... quédate tranquilo esto es entre machos y entre machos se queda-dijo Pepe sin soltar en ningún momento mis piernas. - Tranquilo, créeme, no tengas miedo –Dijo de forma tranquila aunque con unos ojos que deseaban probar mas. -Es que… es que… soy virgen nunca me han acariciado por allí–le dije un poco mas cortado. Comenzó a pajearme y a jugar con su lengua en mi agujero, al comienzo me dio pena sentir esas caricias pero fue más la excitación que el pudor y en breves segundos estaba gimiendo con la lengua de pepe metida en mi culo. -No voy a forzarte a hacer nada que no quieras ¿seguimos con esto?–dijo con una sonrisa de confianza sabiendo que no iba a decir no y en caso que lo hiciera me iba a convencer a punta de lengua. -No pares-Salió de mis labios como por impulso. El me volteo, quedando boca abajo y a plena disposición. El se hundió entre mis nalgas, sentía su barba rozarme las nalgas y su lengua entrar una y otra vez dentro de mi culo, no le basto solo con eso sino que metió un dedo que me hizo soltar un gemido y desistir de sus caricias pero ya era demasiado tarde para decir no. Se coloco encima de mí dejándome inmovilizado, escupiéndose los dedos para meter más profundo no solo uno sino dos y hasta tres. Escuche la puerta abrirse, era Freddy quien había entrado con una sonrisita. Ya yo estaba rendido a las caricias y él lo notó, quería formar parte de la fiesta. Sentí un líquido cayendo en mis nalgas y agujero, estaba escupiéndome, y ya estaba demasiado perdido para ...
    ... decir no, ahora quería que me hicieran todo lo que quisieran. -Ponte en 4-Me dijo Pepe, de inmediato su lengua invadió mi culo. Freddy se puso debajo de mí y empezó a chuparme la verga. Minutos después sentí como un pedazo de carne se colocaba en la entrada de mi ano luego que nos embadurnáramos de lubricante. Fue presionando hasta que sentí un dolor arrechísimo que me dejo sin fuerzas. -Para, me duele mucho-Le grité pero no hubo respuesta. Ese macho tan negro como el carbón, me había clavado su anaconda hasta el fondo. No podía cerrar mi culo, me sentía a merced de esa verga que me estaba empalando. Si se movía un centímetro hasta mi respiración cambiaba. Para que negar lo tenso, no lo estaba disfrutando del todo. Me sentía adolorido, lleno, invadido y frágil. Freddy estaba debajo de mí, acariciando mis bolas y mamándome lo que no estaba duro aunque tampoco muerto. El tiempo se esfumo no sé si pasaron segundos o minutos hasta que empecé a sentir salir y entrar la verga de pepe. Lo hacía muy lento, haciéndome sentir cada vena y curvatura. Con cada entrada de su verga en mi culo no podía evitar chillar y mis brazos cedieron un poco, encontrándome con la verga de Freddy que estaba dura. No pude despreciarla, me la metí en la boca para no gritar tanto. Me sentía como mis novias cuando me las cogía y de una u otra forma sentía pena y culpa aunque la excitación lo podía más. Pepe aumento las embestidas y yo no sabía que hacer con tantas sensaciones, ya estaba casi pronto a terminar en ...