1. Mi abuelo y yo en la piscina.


    Fecha: 07/12/2025, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: CataLina, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... debajo de las nalgas alzandome, abriendome de piernas y apoyándome mi vaginita en su bulto, pero lo mas loco era que yo correspondía ese acto abrazándolo también con mis piernas. Me apretó fuerte para que sintiera su pene en mi rajita y soltando un pequeño gemido le dije:
    
    Yo: Ay abuelo ¿Qué estamos haciendo?
    
    Abuelo: Es solo un abrazo con tu abuelo ¿Quieres irte?
    
    Yo: No, abuelo, estoy cómoda así...
    
    Me quedé aferrada como una garrapata mientras él comenzaba a aprovechar para hacerme mimos en mis nalgas y me besaba en el hombro, a veces en mi cuello y también buscaba quedar frente a frente porque notaba que buscaba mi boca, pero siempre lo esquivaba y me besaba en la mejilla. Pero evidentemente que yo me negara a besarlo lo encendía cada vez mas... Ya no acariciaba mis nalgas, las apretaba con mucha fuerza, incluso me sacaba algunos pequeños gemidos.
    
    Ya habían pasado de largo los 10 minutos y empezó a buscar el agujerito de mi culito. Yo lo noté pero no sabía qué hacer, no estaba segura si frenarlo o dejarlo, me latía muy fuerte el corazón. En un momento corrió mi bikini y apoyó su dedo en mi ano, de un susto le quité la mano pero sin dejar de abrazarlo y le dije:
    
    Yo: No, abuelo, no me metas el dedo
    
    Abuelo: No, Cata tranquila, solo déjame jugar con él
    
    Yo: Pero por favor no lo metas
    
    Abuelo: Te prometo que no lo haré
    
    
    Evidentemente deseaba seguir siendo manoseada por mi abuelo pero su dedo en mi ano me congeló por completo. Ni siquiera yo me había ...
    ... atrevido a jugar con mi propio culito todavía, era algo nuevo para mi.
    
    Siguió tocando mi ano con su dedo mas largo, luego cambiaba a los demás, nunca hacía intentos de meterlos. Hacía circulos que de repente empezaron a hacerme sentír muy cómoda, demasiado, disfrutaba esos círculos, tanto que me hacían soltar pequeños gemidos. Se turnaba con ambas manos para utilizar y jugar con todos sus dedos.
    
    Comencé a sentirme realmente y quizás por primera vez muy muy cachonda. Gemía en su oído. Cuando un dedo pasaba por mi ano, yo lo relajaba y lo dejaba completamente abierto para que hiciera sus círculos.
    
    Esto lo encendió tanto que no pudo con lo que había prometido y metió la punta de uno de sus dedos, haciéndome saltar y dejándome completamente quieta, con la boca abierta, con el dedo aún dentro mío y soltando un gemido, dije:
    
    Yo: Aagghh! Abuelo ¿Qué haces?
    
    Abuelo: Perdón, no pude contenerme
    
    Yo: Me gusta. Hazlo pero despacio
    
    Abuelo: ¿Estás segura?
    
    Yo: ¡¡Mételo!!
    
    Me puse frente a frente y mirándonos fijamente a los ojos fue metiéndo su dedo muuuuy lentamente hasta la mitad, haciéndome pegar un pequeño salto, lo sacó por completo y volvió otra vez a meterlo lentamente. Supo que no era la mejor posición de todas para hacer eso y me dijo:
    
    Abuelo: ¿Te gusta?
    
    Yo: Si
    
    Abuelo: Si deseas que te meta el dedo bien, inclínate en el borde de la piscina
    
    
    Supe perfectamente lo que quería decirme. Bajé mis piernas y me recosté en el borde de la piscina boca ...
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