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Mi abuelo y yo en la piscina.
Fecha: 07/12/2025, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: CataLina, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... pelos de su pecho y su aliento era impresionante lo que apestaba a alcohol... Haciendo presión con mis brazos para alejarlo le dije: Yo: Ay abuelo ya está, ya nos abrazamos Abuelo: Cata ¿No era que ibas a aceptar un abrazo de tu abuelo? Yo: Si pero ya está, déjame ir Abuelo: Solo abrázame fuerte una vez... Dicho eso, decidí hacerle caso, quizás con eso al fin me soltaría. Me rendí, relajé mi cuerpo y con ambos brazos rodee su cuello apoyando mi cabeza en su hombro, pero el cabrón aprovechó para colocar sus ambas manos en mi pequeño pero duro culito, haciendo que diera un salto de susto. Volví a forcejear con él, estaba decidida a salir de esa piscina pero está vez lo empujé con mucha fuerza en su pecho, logré soltarme, me di la vuelta y busqué el borde de la piscina para intentar salir, pero al darme la vuelta me tomó de la cintura y volvió a pegarme contra su pecho, pero ahora le daba la espalda, apoyando su paquete en mi culito. Forcejeando, asustada, nerviosa, en tono agresivo le dije: Yo: Abuelo ya basta, déjame. Estás muy ebrio Abuelo: Solo permíteme abrazarte 5 minutos así Yo: Abuelo, soy tu nieta. Si no me sueltas te juro que gritaré Abuelo: Por favor no hagas eso, sabes el problema que habrá Yo: Entonces dime qué es lo que haces, soy tu nieta Abuelo: Verte todo el día en bikini, Cata, mas el alcohol...no lo se. Solo deja que tu abuelo te abrace 5 minutos y me iré Yo: 5 minutos y te vas... Me empujó contra su cuerpo y ...
... pude sentir su pene flácido en mis nalguitas. Pero mas me llamaba la atención como se sentían los pelos de su pecho y su panza en toda mi espalda. Él apoyó su espalda en el borde de la piscina y yo me apoyé en él. Nos quedamos en esa posición. Empezó con sus manos a tocarme la cintura, mi estómago, tocaba el borde de mis muslos, quería tocarme más pero estaba siendo cuidadoso, sabia que yo estaba tensa, inmóvil. Luego empezó con caricias y empezó a hacerme pequeños masajes en la espalda y en mis hombros. Su sucio juego de mierda funcionó porque relajé por completo mi cuerpo, dejando caer mi culito en su paquete, pero seguí sin realizar ningún movimiento extra. Me dió un pequeño beso en mi hombro y con un aliento horrible al oído me dijo: Abuelo: ¿Te gustan los masajes del abuelo? Yo: Si, están bien Abuelo: Ya van a pasar los 5 minutos, debí haberte pedido 10 minutos. Sus palabras y sus masajes me habían tranquilizado del todo. Ahora sentía que simplemente estaba ante un viejo borracho, vencido totalmente por el alcohol, que solo deseaba tener contacto con cualquier jovencita. Sin decir ni una palabra giré sobre mi misma, quedando de frente a él, con mi rostro rozando el colchón de pelos de su pecho. No sé qué clase de locura cruzó por mi cabeza, que me puse de puntas de pié y lo rodee con ambos brazos sobre su cuello, dándole un fuerte abrazo, pero al mismo tiempo dejando mis pequeñas nalguitas al alcance de sus enormes manos. No demoró un segundo en agarrarme por ...