¡LO ENCONTRÉ! - Relatos Eróticos

¡LO ENCONTRÉ!

... vida. Espero que, cuando yo tenga 30 y ella 20, me llame para repetir…
-¿Sabés Dani? ¡Es tan rico estar así, sobre la cama, con vos dentro mío! ¡Quiero sentir toda tu pija, hasta el fondo! ¡Siempre! ¡Todos los días!
-¡Sos toda una mujer, mi amor! ¡Nunca dejaré de estar con vos! – No sé cuánto puede durar esto, pero ni se me ocurre que alguna vez la podré dejar de lado… ¡Coger a esta criatura es el paraíso! 
-¡Si papito! ¡Es tan rico! – Ya estoy en el fondo…, por lo menos hasta donde el útero me deja llegar.
La tomo de las caderas y me apresto para el mete y saca.
-¡Despacito, papi! Es muy rico…, pero duele un poquito…
-Si amorcito… Ahora te va a gustar… - Hace más de media hora que estamos revolcándonos de placer.
-¡Si, si! ¡Me gusta! Pero la tenés muy grande…, y mi cosita es chiquita…
Me voy retirando despacito…, y vuelvo a entrar. Hago palpitar la pija mientras la penetro… Meto y saco…, despacito… Aumento de velocidad…
-¡Ay papito! ¡Esto si que es rico! – La nena se estremece y tiene su orgasmo. ¡Al fin le está gustando! Es el momento de un buen bombeo. 
En pocos minutos, la nena obtiene un par de estremecimientos más. ¡Los orgasmos son resultados del placer! Yo me aprieto la base de la pija a fin de no eyacular. Espero no acabar pronto. ¡Es hermoso verle el culito mientras la bombeo! ¡Bastante difícil no eyacular! ¡Es una nena tan tentadora! ¡Su culo es tan hermoso!
-¿Sabés una cosa papito?
-¿Qué, mi amor?
-Me gustaría vernos en un espejo…, así como estás, ...

... con tu pija dentro mío, como la metés y la sacás… ¡sería tan lindo!
-Pero… ¿ahora te gusta?
-¡Claro! ¡Un montón! Siempre trato de ver a mamita como coge…, y me gusta mucho… Siempre pienso que en somos vos y yo… Pero tengo ganas de verte a vos, de cuerpo entero, como me cogés, como te movés, como me hacés mover a mi…, como muevo el culito…, todo eso…, vernos…
De cualquier manera, lo está disfrutando. Sus estremecimientos son constantes; mojan mi ingle y chorrean por nuestros muslos. Es delicioso sentir la tibieza de su fluido.
-Cuando podamos, y mamá no esté, te aviso. En su dormitorio hay un par de espejos en que se ve muy lindo… ¡A ella le gusta mucho! Los espejos se los hizo colocar a uno de sus novios…
-Bueno… ¡me gustaría darle el gusto a tu mamá!
-¡Jajaja! ¡Pícaro! ¡Te va a sacar corriendo! Aunque…, no sé… ¡En una de esas!
Le pasé un brazo alrededor de su cintura, sobre la pancita, a fin de sostenerla, dado que me parece que sus piernitas aflojan. Ella no deja de gemir…
-Ay Dani… ¡qué rico es! ¡Cómo me gusta! ¡Pero me cansa!
-¿Querés subirte sobre mi pansa y cabalgar?
-¡Dale, si! ¡Me puedo mover como me gusta! 
Se la saqué y me acosté boca arriba. El mástil totalmente erecto. La nena se montó inmediatamente, ensartándose hasta donde da. ¡El útero es el límite!
-¡Ay sí! ¡Mejor sentada sobre vos! ¡Te la siento toda adentro! ¡Me llega a la garganta! ¡Jajaja! - ¡Me encanta que lo disfrute!
-¡Cabalgá mi amor! ¡Como si jugaras al caballito!
-¡Si, si, papito! ¡Qué ...