APRONTANDO LA CAÑONERA - Relatos Eróticos

APRONTANDO LA CAÑONERA

... música, los bailes, los actores y cantantes preferidos; todas esas cosas que a nadie importa ni provocan discusiones… 
(Aunque unos conocidos una vez se pelearon porque uno decía que Chico Buarque era el mejor de Brasil, y el otro decía que João Gilberto, dos pelotudos, dados que los dos son geniales). En fin, hay de todo.
Con la conversación “a la rastra”, Adela convencía a Malena que nos siguiera al parque a conversar, y así fue, y tal lo convenido, luego de una media hora de conversación, ella ”se tuvo que ir”, y Malena y yo quedamos solos. Por supuesto, como mi intención era pura y exclusivamente cogérmela, viéndola tan hermosa y deseable, con toda alevosía, no pude dejar de ponerme al palo, y mostrarlo sin ninguna discreción, tal mi estilo, sabiendo que una nena de 13-14 no iba dejar de percibir la atracción que un buen bulto significa para su entrepierna.
Así que nuestra conversación, una vez solos, se fue “por las ramas de la calentura”.
Le pregunté por sus novios, y ella me replicó por “las mías”. Por supuesto, ella fue bastante tímida, no hablando de ninguna revolcada, sino solamente de besos y caricias, aunque, en mi opinión, no debía estar totalmente incólume de tal situación. En realidad, como siempre, no tenía ningún deseo de ser “el primero”.
Por lo pronto, yo le hablé de todas las hermosas criaturas, con las cuales había “hecho el amor” en los últimos tiempos, destacando, por supuesto, que ninguna de ellas llegaba a tener la mitad de su belleza…, ni su ...

... “voluptuosidad”, con toda la alevosía de esperar que tuviera que ir al diccionario a conocer exactamente qué significaba eso… 
Y…, tal como mi experiencia lo demostraba, Malena comenzó a agitar su pecho… (en otras palabras: los pezones se pusieron duros…, por lo cual, como reflejo, su conchita debería estar suficientemente húmeda.), y su mirada se desviaba cada vez más intensamente, hacia mi “carpa genital…” Vale aclarar que le había pasado el brazo por sobre el hombro, aunque lo había apoyado en el respaldar del banco.

Pues…, es el momento de avanzar…
Sentados ambas en uno de los clásicos bancos de madera de plaza…, me pegué bien junto a ella y… “cariñosamente” le acaricié el muslo sobre el vaquero…
-No te quepa la menor duda, Malena querida…, vos no tenés ningún tipo de competencia… Cualquier chico que te guste, será tuyo…, nadie pondrá resistencia…
Es la conclusión obvia a sus tímidas explicaciones…, de porque en ese momento no salía con nadie…: “muchas tareas en la escuela…”
-¡Qué pena! - ¡A tirarse el lance!
-¿Por qué? 
-Te quería invitar al cine el próximo sábado… - Recién se me ocurría…, como complemento gratuito a mis palabras…
-¡Oh! ¿Si? ¡Hago todo entre mañana y pasado! - ¡Eso sí que no me lo esperaba! ¡Ni en pedo!
-¿Si? ¿Podrías? – Le apoyé el brazo sobre el hombro…
-Si, claro… ¡me gustaría mucho ir al cine! Hace como tres meses que no voy… - Giró su cabecita hacia mí. – Mamá me dejaría ir con vos…, sos grande… y te tiene confianza…
¡Me tiene confianza! ...