1. SOY PUTA (IX). Conociendo a Gabriel


    Fecha: 23/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: ekaitza, Fuente: RelatosEróticos

    ... segundos.
    
    Entonces me dijo que me pusiera en cuatro mientras él se ponía el condón, pero le dije que no, que no quería que existiera ninguna barrera entre él y yo. Al principio no le hizo mucha gracia, pero le convencí diciéndole que estaba haciendo una excepción con él, y era cierto: con los clientes nunca lo hacía sin la dichosa goma (norma del club que el propio dueño se saltaba cuando quería echarme un polvo, pero bueno…). Yo estaba mojadísima de lo cachonda que me había puesto haciéndole la mamada, así que no hubo problemas para que entrara de una sola embestida a pesar del tamaño. Se puso a empujar con cada vez más fuerza y yo me puse a sudar como una cerda. Mi grado de calentura empezó a aumentar hasta que exploté en un orgasmo que estremeció todo mi cuerpo. No podía parar soltar gemidos y alaridos, y eso a él ni lo inmutó: siguió taladrando hasta que quiso, provocándome más tarde otro orgasmo, aunque no tan intenso.
    
    Ahí fue cuando me dijo que se estaba cansando, y que quería cambiar de postura. Él se tumbó boca arriba con la “tienda de campaña” y yo me puse a chupársela un poco antes de seguir follando. Luego me subí encima de su polla, dejándola dentro de mi coño y empecé a hacerle un pequeño baile de cadera. Me dio total libertad para moverme como quisiera, así que de mí dependía hacerle correrse, pues él no iba a moverse un centímetro. Yo sabía qué hacer perfectamente: seguí con mi baile y luego fui metiendo un movimiento más mecánico, más percutor, lo cual dio su resultado: nos fundimos en un orgasmo casi simultáneo que me pilló abrazada a él. Después de ese polvo, me pidió mi número de teléfono y nos lo intercambiamos. Me contó que se llamaba Juan, que tenía 38 años y que vivía en la capital de la provincia, donde tenía un bar. Fue el comienzo de una relación que me llevaría a vivir con él más adelante, en la ciudad.
    
    En el siguiente relato contaré cuando me escapé a la ciudad para vivir con Juan. Gracias por haberme leído. Adiós!!!
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