1. No lo pienses demasiado (Parte 3)


    Fecha: 26/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Ireneta, Fuente: CuentoRelatos

    ... la columna y otro en las costillas, recorrió los dos tatuajes con los dedos mientras se los enseñaba. Ella me enseñó el que tenía también en la espalda debajo del cuello y uno en la cadera que llegaba hasta la ingle, y al igual que ella los recorrí con los dedos.
    
    Carla: Vaya no sé cómo no había salido antes el tema de los tatuajes.
    
    Irene: Si hubiera sabido que tenías unos tatuajes tan morbosos lo habría sacado antes jajaja.
    
    Carla: Ya ves tú, me los hice hace muchos años, algún día te contaré la historia de cada uno.
    
    Irene: No sé la historia pero me parecen que están muy bien colocados.
    
    Llegamos al coche de Clara y ella de apoyó en la puerta del copiloto, el coche estaba aparcado en una calle en la que sólo había un bloque de pisos en el que no parecía que viviera mucha gente y un terreno en el que no habían edificado todavía. El tatuaje de la cadera de Carla y el recorrerlo con los dedos, me habían sacado de mis casillas. Me puse delante de ella mirándonos a los ojos, con mis piernas separadas y las suyas entre las mías con nuestras caderas en contacto.
    
    Carla: Vaya... estás segura de lo que haces?
    
    Irene: Bueno... no lo pienses demasiado.
    
    Las dos nos empezamos a reír, pues eso fue lo que ella me dijo a mí la primera vez en el baño. Me acerqué despacio y empecé a besar a Carla despacio, con una mano sujetaba suavemente su cara mientras la otra la ponía en la cadera en la zona del tatuaje. Poco a poco la cosa se fue animando, besaba el cuello de Carla y ...
    ... le daba pequeños mordiscos con cuidado para no dejarle marcas. Abrí la chaqueta de Carla y desabroché unos cuantos botones de la camisa para poder besar su pecho.
    
    Irene: Mierda... -Susurré mientras besaba su pecho y tocaba su cuerpo con ansia.
    
    Clara: Que pasá? -Dijo Carla con la respiración entrecortada por la excitación al mismo tiempo que mordía mi oreja.
    
    Irene: Quiero morderte. -Estaba desbocada, quería devorar a Carla, una mezcla de cierta dureza y delicadeza en conflicto rondaban mi cabeza.
    
    Carla: Y cuál es el problema?
    
    Irene: Sabes que no puedo, no puedes llegar a casa con marcas.
    
    Una de mis manos desabrochó el botón de su pantalón y en este momento cambié la posición de nuestras piernas, con mis piernas separé las suyas y yo me quedé en medio. Ella quiso desabrochar el mío, cogí su mano y la sujeté con fuerza contra el coche.
    
    Carla: Qué pasa?
    
    Irene: Déjame centrarme en ti, a mí ya me tocará en otra ocasión. -Le susurré al oído sin dejar de besarla en el cuello.
    
    Carla: Está bien. -Dijo con la voz suave y entrecortada.
    
    Irene: Ya sabes, no puedes tocar.
    
    Metí mi mano por dentro del pantalón y empecé a pasar mi mano por encima de su tanga, que estaba empapado, su respiración era todo lo que quería oír en ese momento. Metí mi mano dentro del tanga y mis dedos se deslizaban con mucha facilidad, era la primera vez que hacía algo así pero su cara de placer y su respiración me decían que iba por buen camino, acariciaba su clítoris y su cuerpo de ...