-
Preñado por Adrián en un baño público
Fecha: 27/03/2019, Categorías: Gays Autor: MonsterGuy, Fuente: SexoSinTabues
Adrián y yo habíamos acordado vernos aquel día para platicar un momento antes de que él se fuera al trabajo y justo cuando yo de mi clase de teatro en la prepa. —Acompáñame a cambiarme la ropa, Roberto —me pidió, después de un rato de platicar. Accedí a su petición inmediatamente, de modo que nos dirigimos a un gimnasio que se encontraba al lado de mi escuela preparatoria y que era propiedad de esta misma. El lugar se encontraba en remodelación, pero era fin de semana, así que no habían más de unos pocos trabajadores que, ensimismados en sus tareas, ni siquiera nos vieron pasar a los baños, los cuales carecían de iluminación en aquel momento. Inocente, me quedé de pie cerca de la entrada de los baños, esperando que Adrián entrara a uno de los cubículos y se cambiara rápidamente pero, cuando éste estaba a punto de cerrar una puerta tras de sí, me llamó: —Oye, Roberto, ayúdame con mi ropa. Ingenuo, lo obedecí y me aproximé al cubículo en el que se encontraba, el cual era el último, pero justo cuando quede a su lado, me tomó con fuerza de la cintura y me estrechó contra su cuerpo, mientras con su otra mano cerraba la puertecilla del espacio. Sorprendido, no pude mover ni un músculo, pero comencé a sentir un hormigueo en el estómago que me supo a adrenalina, entonces Adrián estampó su boca contra la mía e introdujo su húmeda lengua en mi garganta, alternando sus movimientos con intensos mordiscos en mis delgados labios rosa. Excitado, me sujeté a sus brazos con mis manos y ...
... disfruté el recorrido que una de las suyas hizo desde mi cintura, hasta una de mis nalgas, la cual apretó con fuerza, mientras, con su otra mano, despegó una de las mías de uno de sus brazos y la llevó hasta su entrepierna, donde palpé un voluptuoso bulto. Continuamos devorándonos las bocas mientras una de su mano, ahora introducida bajo mi ropa interior, presionaba mi ano, haciendo pequeños círculos sobre él, mientras mi mano desabrochaba su pantalón y buscaba a tientas aquel falo erecto, el cual, nada más dar con él, humedeció mis dedos con una cantidad excesivamente abundante de espeso líquido preseminal. ¡Wow! Cuando tomé la verga de Adrián entre mis dedos, un par de subidas y bajadas de su prepucio fueron suficientes para hacerlo proferir un gemido extasiado, después del cual tomó mi cabeza con una de sus manos y me empujó hacia abajo, dejándome de rodillas frente a su miembro. El redondo e hinchado glande de Adrián latía, chorreando presemen, pero justo cuando pude captar el olor a hombre y sexo que despedía su vello púbico empapado de éste, Adrián empujó mi cabeza hacia sí, de modo que tuve que abrir la boca deprisa para introducir aquel pedazo de carne en mi garganta. Su verga sabía deliciosa, levemente salina por el abundante presemen que estaba secretando, así como por el olor de aquella mata espesa y abundante de gruesos vellos negros que decoraban su pubis; ambos sabores, la sal y el sudor, se mezclaban en mi garganta e inundaban mis fosas nasales con el olor a hombre ...