1. Una ciega chancha y putita (un final inevitable)


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... endulzadas por el helado y con un olor a sexo que me invitaba a no abandonar sus peticiones.
    
    Se la largué toda en la vagina mientras me contaba que una vez hizo una doble penetración con un padre y su hijo, que otra vez una señora llevó a su sobrino para que debute con ella, y que la tipa entró a la pieza con él, y que una mañana la Beti la castigó porque la encontró masturbándose en el pasillo con un consolador.
    
    Nos reíamos de sus aventuras, a la vez que mi pene se deshinchaba en su vulva insaciable, y sus mimitos eran cada vez más sensoriales en mi piel.
    
    ¡Ahora la quiero en el culo, y no me podés decir nada porque es mi cumple, y yo soy tu putita favorita, no?!, me tiró justo cuando yo recordaba que en el cajón de la mesa de luz había un consolador.
    
    Salí de la cama con prisa, lo busqué y se lo di.
    
    ¡pajeate con esto, tomá, pero primero chúpalo!, le dije mientras se lo daba en la mano.
    
    Ella le pasaba la lengua sin nada de erotismo pero con mucho ruidito, al tiempo que yo le sacaba la bombacha llena de semen para ponerle otra azul con voladitos.
    
    Se pasó el chiche por las tetas luego de babearlo todo, y cuando llegó el turno de hundirlo en su vagina, lo hizo con mucho suspenso. Primero solo lo posaba sobre la tela del calzón, se abría el elástico con la puntita, contorneaba la forma de su vulva apenas tocándola, abría y cerraba las gambas, y entonces me dijo:
    
    ¡Me la meto toda?!
    
    Claro que no esperó mi respuesta. La chanchona se cogió solita por un ...
    ... rato hasta que le acerqué la pija a la boca para que me la mame, y ahora yo manipulaba el juguete adentro de su almejita.
    
    En un momento que se la saqué solo para que respire alcanzó a decir:
    
    ¡Quiero pis!
    
    Entonces la tiré boca abajo en la cama, la obligué a chupar el consolador repleto de sus flujos embriagadores y me le subí encima para rozarle el culo con la punta de mi verga hinchada, a la vez que le decía:
    
    ¡meate Aye, dale, quiero que mi cama tenga tu olor a putona, a pis, a flujo, el olor de tu piel, dale que te hago el culo bebota!
    
    Y, mi reina se echó tremenda meada en el exacto momento que le penetré el orto de un solo empujón. Gritaba como una loca, pero levantaba la cola para sentirla más adentro, chupaba el chiche y se agarraba con todo a mis piernas clavándome sus uñas.
    
    ¡Me vas a tener que cambiar el pañal pendejo, soy una chancha, te meé toda la camita guacho… dale, haceme el culo más fuerte que estoy drogada, meada y sucia!, decía enardeciendo al sindicato obrero de mi esperma que soñaba con hacerle un hijo.
    
    Acabé de lleno en ese culo majestuoso cuando la imaginé embarazada.
    
    Le saqué la bombacha y le pregunté si prefería volver a la Ternerita o si quería dormir en casa. Optó por esto último, y obviamente durmió desnuda, en la cama llena de flujos, de semen y de su pipí.
    
    Al día siguiente la ayudé a vestirse, aunque solo se lavó la carita, y fuimos hasta donde la Beti la esperaba algo molesta. Esa vez sí que me salió cari la joda.
    
    Pero mi ...