El Intruso 5
Fecha: 29/03/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues
... mientras sodomizaba a mi hija, mi esposa reía mirándome totalmente humillado por él, mi niño también reía, mi niña siendo cogida por el culo volteo a verme y rio, todos se reían de mí, de repente mi niño grito “cornudo” Todos no solo rieron, ahora se carcajearon y al coro empezaron a decirme “cornudo… cornudo…. Cornudo… cornudo…” Parecía un coro de burla de buling escolar, los cuatro a coro me gritaba con un sonsonete de niños, yo hincado recibía las burlas, mis ojos se llenaron de lágrimas y vi como mi mujer apuntaba riendo a mi pene yo voltee a verlo y lo vi por fuera del pantalón totalmente erecto, sólo que se veía tan pequeño que daba risa, yo hincado con una pequeña erección de cornudo. Miré a ramón que mientras enculaba a mi hija puso sus ojos en blanco y empezó a hacer ruidos porcinos, parecía un gruñido de cerdo, lo hacía fuerte, los gruñidos porcinos se convirtieron en ronquidos, ronquidos muy intensos, el roncaba con los ojos en blanco, tan fuerte que de repente me trajeron al mundo real, desperté respirando agitado y escuche los ronquidos de ramón, parecía que traía algo atorado en la garganta y roncaba muy intenso, eso sólo lo hacía cuando acababa exhausto después de cogerse a Carmen, quien por cierto dormía a su lado abrazándolo, subiendo una pierna en él, la lámpara aún seguía prendida y pude apreciar toda la leche que le brotaba a Carmen del culo, ya tenía un pequeño charco sobre las sábanas. Me levanté y apagué la lámpara, después recordé a mi hija y salí ...
... sigilosamente de la habitación, caminé por el pasillo hasta la habitación de mi hija, entre y cerré con llave, me acosté a su lado y procedí a gozar de mi pequeña. En cuanto me acosté ella medio se despertó, se acomodó como queriendo seguir durmiendo, pero cuando sintió mi erección entre sus nalguitas, sólo alcanzó a murmurar suavemente ‐ ¿Papi? ‐ Si mi amor, soy yo que vengo a jugar contigo Asintió con la cabeza y tomo mi antebrazo que la abrazaba para que mi mano le acariciaba el pechito y la sostenía para que mi cadera fuera más efectiva al presionar sus nalguitas, gemí en su oído, sentía que ella a ratos se dormía y a ratos despertaba y movía su caderita, pero el sueño le ganaba, despertó cuando sintió como mi glande lubricado con mi saliva se atoro en su culito, apretó mi antebrazo y con su voz dulcecita me susurró ‐ Despacito papi, me duele ‐ Si mi amor, lo are despacito Solo pude cumplir las primeras cinco bombeadas después de la sexta me desquicia y me moví rápido, mi pene entraba de forma parcial, solo el glande y una pequeña parte del resto, pero eso era suficiente para sentirme el hombre más depravado y afortunado del mundo, mientras le bombeaba el culito a mi hija, pensaba en todas las veces que ramón le habría hecho eso, mi hija se dejaba hacer como si estuviera acostumbrada a eso, incluso había momentos donde sentía que ella lo disfrutaba y se movía conmigo, gruñí fuerte en su oído cuanto me vino mi orgasmo, la eyaculación fue abundante y toda quedo dentro del culo ...