El Intruso 5 - Relatos Eróticos

El Intruso 5

... hasta su entrepierna, pude ver como mi hija tomo el enorme tolete de ramón y abriendo su boquita al máximo lo metió a su boca, mi compadre recargo la cabeza en el sofá por el placer que recibía, mientras sus manos se posicionaron de su cabecita y la guiaron al ritmo que mi compadre quería en la mamada. Carmen seguía sin aparecer, sentía que en cualquier momento aparecería y le reclamaría, me daba miedo pensar que se podía acabar el juego con ramón, solo porque no pudo dejar a un lado a mi hija, tenía miedo que Carmen me dijera “se acabó”. Miraba preocupado como ramón movía obscenamente a mi niña sujetándola por la cabeza, como si no le importara que fuera una niña, lo veía muy rudo con ella y lo peor del caso es que mi niña se dejaba y mi erección no cedía, mi mano tímidamente se fue a mi entrepierna, no lo pude evitar, mire a la cafetería para ver si alguien me veía, pero todos estaban en lo suyo, mi mano apretó mi pene por encima del pantalón, seguí mirando la pantalla. Ramón a ratos miraba la película porno y ratos miraba a mi hija como la movía, de repente volteo al mueble de un lado y tomó una lata de cerveza la agito en el aire para ver si tenía y por la expresión note que estaba vacía, movió su boca como gritando y para mi mayor sorpresa y casi infarto Carmen, mi mujer y el amor de mi vida, salió con una lata llena de la cocina, venía completamente desnuda, solo traía sus zapatos de tacón, se veía mojada de las manos, posiblemente estaría haciendo las tareas de la ...

... cocina y escuchó cuando ramón le pidió otra cerveza y fue a llevársela. Quería llorar al ver como ella salió como si nada, se acercó a mi compadre y le entrego la cerveza, el soltó de una mano a mi hija y con la otra continuo guiando su felación, mi mujer sonriente le abrió la lata y se la entrego y él la puso el mueble no sin antes darle un gran trago, después jaló a mi mujer que se agacho a besarlo; ramón con una mano movía la cabeza de mi hija y con la otra pellizcaba un pezón de Carmen que con pasión extrema lo besaba mientras se movía inquieta siendo torturada por mi compadre en su pezón. Carmen se separó de mi compadre que la soltó y puso ambas manos en la cabeza de mi hija y la movió rápidamente, algo le dijo mu mujer, no sé qué, pero él asintió y movió con más entusiasmo la cabeza de mi hija, la pobre parecía un pequeño muñeco que era observado por los dos, mi mujer sonrió y se perdió de nuevo en la cocina. Ramón levantó a mi hija, que lucía toda despeinada, la puso en cuatro sosteniéndose ella del descansabrazos del sillón, mi compadre se hincó atrás de ella y vi como guio su pene a la entrepierna de mi hija; yo no distinguía a dónde había apuntado, solo vi como el movió sus caderas de atrás hacia adelante, mi niña de repente movió la cabeza como diciendo “no” y él se detuvo, la acarició un rato de la espalda y después ella asintió, mi compadre volvió a mover sus caderas. No sabía exactamente que le hacía solo que paraba cuando mi niña decía “no” con la cabeza y ...