La novia de mi amigo
Fecha: 19/08/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Vizconde, Fuente: CuentoRelatos
Al fin llegó el momento esperado. Hacía tiempo que deseaba que esto pasara y aquí estoy respirando hondo, disfrutando de mi victoria con la compañía de este cigarrillo que está por terminarse. Ah, suspiro tranquilo. No dejo de sorprenderme cómo el tiempo a veces parece pasar lento, muy lento, cuando el deseo se ve retenido por las circunstancias, y cuán rápido transcurre mientras la fantasía se concreta. Y asimismo cómo mi mente recrea a cada momento, desde que concluí lo que tanto anhelaba concretar, cada segundo, cada momento de aquella escena que a continuación paso a relatar.
Como todos los fines de semana, salíamos con mi amigo a disfrutar de la noche, a conocer chicas y a pasarla bien. Un día yo no fui aunque mi amigo sí salió, con otros amigos, y terminó conociendo a una chica, de la cual se enganchó pronto. Apenas nos vimos me comentó todo, como solíamos hacerlo, y bueno, en el momento no le di demasiada importancia porque era común que cada uno contáramos nuestras aventuras y que, en muchos casos, exageráramos detalles e incluso mintiéramos para sentirnos mejor. Esta vez el insistía e insistía con que la chica que conoció era algo mejor que las anteriores. Yo tampoco le di esa vez importancia.
Pasó un tiempo desde que la conoció hasta que salimos en barra: Ellos dos, yo y más amigos. Ay, bendito sea el día en que la conocí por primera vez a esa chica de baja estatura, pelo largo oscuro y enrulado, mirada ingenua, de naturaleza simple pero que, lo supe desde ...
... un principio, era capaz de albergar sensaciones furtivas.
Yo tenía la ventaja de que al conocerla ella me dedicara algo más de simpatía natural y de tiempo de charla con respecto a los demás, ya que como era el mejor amigo de su novio era natural que eso pasara. Había más confianza. Me acuerdo que esa noche en que la conocí me había gustado lo suficiente como para sentirme mal, ya que se trataba la novia de mi amigo. Es por eso que preferí evitarla, por las dudas.
Unas salidas más se sucedieron hasta que, llegado un punto, un día mi amigo me llama y me pregunta si la novia le había caído mal. Le dije que no, en un tono neutro, y él no me creyó y me contó cómo se habían dado las cosas, que me notaba esquivo con ella y con él también. Le di una excusa falsa, como para zafar de aquella situación, consiguiendo que no insistiera.
Salimos otro día y para mi sorpresa noté que me gustaba cada vez más. Aquella noche no pude evitar charlar con ella. De a ratos me quedaba sólo en una mesa mientras los demás bailaban, momento en el cual pude conocerla algo más. Cada minuto me calentaba más esa mujer. Su pecho mirado de perfil hacía notar sus amplios y redondeados pechos que, resaltados por su remerita ajustada, parecían más grandes de lo que eran. Además de su cintura delgada, me encantaba la manera que tenía ella de mover las piernas, de cruzarlas, de exhibirlas con sensualidad. Pero lo que me encantaba era su boca; era una tentación permanente. No sé cómo hacía para que sus ...