1. De Andrés a Andrea: Historia de mi feminización (V)


    Fecha: 19/08/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: andresa, Fuente: RelatosEróticos

    En ese tiempo, volví a la peluquería de Inés para que me ayudase a comprar ropa. Me hizo llevar mi ropa, me maquillé y me vestí en la peluquería y nos fuimos de compras. Me llevó a varias tiendas que conocía y me ayudó a elegir la ropa adecuada, entre otras cosas, un conjunto de falda corta y blusa semitransparente que dejaba poco a la imaginación. Ella hablaba por mí, me acompañaba al probador y me ayudaba a vestirme. Le compré también un par de cosas que le habían gustado, volvimos a la peluquería y desde allí fui al local de las chinas a que me retocasen las uñas.Se sorprendieron al ver mi nuevo look pero hicieron su trabajo. Esta vez me pintaron todas las uñas de color carne para no tener que quitármela antes de llegar a casa.
    
    Nuestra siguiente cita era a las cinco de la tarde y allí me presenté yo, con mi atuendo provocativo (o de puta, vamos). Carla abrió la puerta, me cogió del brazo y dijo que nos íbamos por ahí. Subimos a mi coche y me pidió que fuésemos a un barrio del extrarradio, que tampoco conocía. Por el camino me iba contando lo que pensaba hacer conmigo en el futuro. “Verás, Andrea, creo que eres una buena puta y solo te faltan un par de toques. Vamos a empezar con tu hormonización. No me gustan las tetas postizas así que vamos a hacerte crecer las tuyas, aunque sea un poco. No quiero que te vayas de tu casa, ni que abandones a tu familia, pero quiero a mi puta, y eso vas a ser, mi mejor puta. Creo también que necesitas una vagina, y la vas a tener”
    
    Yo ...
    ... protesté, le dije que iba a hundir mi matrimonio, pero ella siguió en sus trece. Sabía que aquello, en el fondo, me excitaba.
    
    Por fin llegamos a aquel barrio. Era una zona industrial y me acojoné cuando llegamos a unas calles poco iluminadas, poco transitadas, en las que se veían putas y travestis. Paramos un momento, me quitó el plug y el cinturón de castidad y seguimos hasta una calle en la que había travestis. Me hizo parar junto a un tipocon mala pinta y le llamó: “Paco, entra”.
    
    Paco entró en el coche, se sentó detrás y Carla se pasó a su lado. Comenzó a explicarle: Carla es mi mejor alumna. Como ya te dije es un tío pero cada vez le gusta más sentirse mujer y yo le estoy ayudando a serlo ¿Verdad que lo parece? Ya ha tenido alguna experiencia como putilla pero con clientes selectos. Aquí quiero que aprenda la realidad de este mundo, que aprenda lo que desean los hombres y se lo dé.Creo que debes llevarla con los travestis y ponerla a trabajar. Es guapa, ¿verdad?”
    
    Los dos se rieron. Paco me dirigió hacía una esquina, al lado de un travesti negro, y me ordenó bajar allí. Lo hice y entonces Carla se puso al volante me dijo que me dejaba allí durante unas cuatro o cinco horas y que luego volvería a buscarme.
    
    Acojonado, seguí a Paco. Me presentó a Vanessa, el negro, y me dio instrucciones: “Vas a cobrar 20 euros por una mamada y 50 por un completo. Todo el que te pare y acepte tu precio será tu cliente y te irás con él, a ese descampado, y lo haréis en el coche”. ...
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