Historias de la Secundaria - Relatos Eróticos

Historias de la Secundaria

Para poder relatarla debo regresar en el tiempo 7 años, y adentrarnos a la vida de un chico de 14 años que por esas fechas se encontraba cursando la secundaria. Siempre fui un alumno algo inquieto, me gustaba romper las reglas y vivir al filo de la navaja, por lo que siempre me metía en problemas estando en la escuela, aunque aclaro que era inteligente y sacaba buenas calificaciones, una combinación extraña según me decían los maestros, como es posible Axel que seas alumno de casi 10 siendo tan travieso. Mis aventuras las acompañaba siempre de mis mejores amigos, Emmanuel, Alfonso y Pablo. Los 4 éramos los más atractivos del salón y podría decirse que también de la escuela, por lo que nuestras compañeras suspiraban por nosotros, incluso las de otros salones, eso nos gustaba mucho a los 4 ya que nos sentíamos deseados . Conforme avanzaba el curso empezamos a tener una especie de costumbre a tocarnos las nalgas y los pezones entre nosotros, como un simple juego para molestarnos y empezar con las risas y bromas. Cuando nuestras compañeras vieron que hacíamos eso, alguna que otra se acercaba preguntándonos que porque hacíamos eso tan feo, a lo que les respondíamos que era solo juego para molestarnos unos a otros. No paso ni un mes cuando casi todas las mujeres se unieron al juego y cuando menos te lo esperabas te daban un buen agarrón de nalgas y obvio nosotros se lo regresábamos jaja eso les encantaba, ahora ya no les parecía un juego tan feo, estábamos seguros tanto mis ...

... amigos como yo que lo único que querían era unirse ya que siempre las descubríamos viéndonos el trasero a los cuatro porque la verdad estábamos bien nalgones. Todo era felicidad y risas hasta que un día viernes faltando unas 3 horas para salir de clases un maestro no pudo asistir y tuvimos la hora libre, nos salimos a jugar a la cancha de deportes, jugábamos al futbol hasta que a Pablo se le ocurrió tocarme una nalga, a lo que yo le quise responder y Emma y Poncho nos imitaron. Pero fue tan grande nuestro susto al ver que se acercaba el subdirector un hombre alto muy masculino de unos 40 años aunque la verdad nunca llegue a saber su edad exacta, se notaba que ejercitaba su cuerpo ya que se le marcaban bastante los músculos y como siempre vestía de camisa y pantalón de vestir ajustado se le marcaba un gran trasero y unos brazos fuertes; además era el encargado de la disciplina en el colegio. Nunca habíamos llegado a estar presente con él para ver los castigos, por lo regular era un prefecto el que nos castigaba y nos sentimos temerosos cuando nos dijo que lo siguiéramos a su despacho, había un rumor que era bastante estricto y que los alumnos que llegaban a su oficina no volvían a ser los mismos, eso aumentaba nuestro temor. Entramos a su despacho cerró la puerta, no había nadie más que él y nos empezó a regañar, amenazando con que iba a llamar a los padres de cada uno para informarles del comportamiento de los 4, le empezamos a pedir que no lo hiciera porque nos regañarían, yo ...