La zorra de mi vecina Mayka
Fecha: 19/08/2017,
Categorías:
Gays
Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos
Aquella tarde venía de entrenar con mi bicicleta de carbono y tenía las piernas que "chillaban”, pues no solo había hecho largos recorridos, sino también específicos, pues tenía al domingo siguiente una dura carrera ciclista semi-profesional y quería entrenarla a tope. Por la mañana, había ido al gimnasio y había hecho unas fuertes series de pecho y bíceps y había conseguido almacenar mucha testosterona. Al entrar por la puerta de mi portal, me encontré a la recién divorciada de mi nueva vecina, la sensual y voluptuosa Mayka, que se había trasladado a vivir a nuestra casa, para comenzar una nueva y solitaria vida, pues no tenía hijos y el divorcio le hizo amasar algunos "milloncejos" a costa del cabrón de su marido. Para darse una buena vida durante unos pocos años y ella quería aprovecharlos.
Vestía siempre de una forma llamativamente sexy que no dejaba nada a la imaginación. Una blusa negra que resaltaba sus tetazas, una mini falda que apenas le llegaba a su gordo y morboso culo y unas botas de caña alta de plata conformaban un conjunto muy lascivo que lo decían todo de ella. Ella, picaronamente, al verme que casi venía sudando, me preguntó que, si estaba cansado, yo la dije que sí y ella, con su lasciva y libidinosa mirada, me dijo que si no quería que me yo me relajase junto a ella... Yo, oportunamente, le dije que sí, pero que antes, tenía que dejar mi bicicleta en casa y algunas cosas más como el casco, las gafas, los mitones y las zapatillas.
Ella muy gustosa ...
... aceptó. Subimos los dos juntos en el ascensor junto a la bicicleta, pues era grande y alto y cabían hasta personas. Nos mirábamos con vicio y deleite, pensando en lo que iba ocurrir. Dejé lo dicho en mi casa y al rato llamé a la suya. Enseguida me abrió la puerta —hueles a hombre —dijo Mayka y pregunté que donde estaba la ducha. Ella me fue desnudando lenta y lascivamente a la vez que nos dábamos unos lascivos besos con lengua para aumentar nuestra temperatura sexual. Cuando ya estuve desnudo, a ella, por morbo, la dio por lamer mi pecho que todavía tenía restos de gotas sudor y mientras lo hacía me miraba con vicio y depravación. Fui a tomar una ducha, y ella se alejó hasta su salón. Yo mientras me relajaba pensando el fenomenal polvazo que me esperaba junto a esta zorra madura tan libidinosa, libertina y sicalíptica.
Me frotaba con la esponja toda llena de jabón las partes sexuales, pues estaba bien afeitado mi vello púbico, para que cualquier guarra lasciva y obscena como ella, me la comiera a placer. Me pasé dos veces el jabón por el pecho, culo y rabo para que ella pudiera degustarme a tope, y también me lavé el pelo con un gel neutro que ella tenía por allí. Al salir, me enfundé como siempre la toalla a la cintura y peiné mi pelo hacía atrás para que ella me viera más lascivo. Mayka tomaba un whisky, mientras lo saboreaba, ella se ponía en procaz postura para esperarme. Mientras caminaba hacia ella, me miraba con vicio y obscenidad y babeaba y abría su sensual boca de ...