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El capataz y el señorito 3
Fecha: 07/04/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... interior dejando expuesto su trasero. sin esperar más, Bruno metió su dedo medio en el culo del señorito que lanzó un gemido al sentir al invasor en su intimidad. Ricardo: ahhhhh. ¿qué haces? Bruno dedeaba al señorito: vamos a ver qué tan abierto tienes el culo. si anoche recibiste verga lo voy a saber. Ricardo: ahhh ahhh suéltame, por favor. Bruno hundía su dedo sádicamente queriendo provocar dolor a Ricardo que no podía evitar gemir por la acción. Bruno sacó su dedo: entonces no hicieron nada. tu culo sigue teniendo mi horma. que pendejo es Juancho, pasar contigo la noche y no violarte. es un estúpido. Ricardo: eres un cerdo. Bruno: soy un macho, tu macho. Y Bruno besó a Ricardo fogosamente enterrando su lengua en lo más profundo de la cavidad bucal del señorito que se negaba a ese beso faltándole el aire. Bruno: pues aunque Juancho no te haya hecho nada, quiero que se largue. Con lágrimas en los ojos, Ricardo dijo determinadamente: él no se va a ir. Bruno: por qué lo defiendes tanto. ¿acaso te gusta? Ricardo agachó la mirada y dijo: es mi amigo. Bruno: no quiero que tengas amigos. Ricardo: tú no puedes pedirme eso. y Juancho se va a quedar. Bruno sonrío maliciosamente y dijo: está bien, Juancho se queda pero con una condición. Ricardo: ¿cuál? Bruno: que vayas esta noche a mi cuarto. a las diez de la noche solo eso. Ricardo: ¿para qué quieres que vaya a tu cuarto? Bruno: lo sabrás cuando llegues. si no lo haces a Juancho podría pasarle un accidente. Ricardo: No, Bruno tú ...
... no puedes. Bruno: ya dije, tú sabrás si llegas o no. Y Bruno le dio una nalgada a Ricardo saliendo de la caballeriza y dejando hundido en sus pensamientos al señorito. En su habitación, Ricardo no sabía qué hacer, aunque Juancho no se fuera de la hacienda, Bruno podría hacer otra cosa. y Juancho era su amigo, él se había portado muy bien y lo salvó de morir, Ricardo no podía permitir más injusticias. La hora llegó y el señorito tocó la puerta del cuarto de Bruno que dormía cerca de las caballerizas. El capataz abrió y le dijo irónicamente a Ricardo: bienvenido a su humilde casa señorito. Ricardo observó el lugar sucio con un catre desvencijado, una mesa apolillada y una silla, además de un ropero viejo, eso era todo lo que había en el lugar donde el capataz dormía. Bruno: cómo verá señorito, yo no vivo en un palacio como usted, pero en este lugar he pasado muy buenas noches acompañado de putas y putos. aunque ninguna se compara con las que he pasado contigo. Ricardo sintió la respiración de Bruno muy cerca de él y su aliento tenía mezcla de tabaco y alcohol. Ricardo: dime ¿qué es lo que quieres? Bruno: ¿cómo qué? pues a ti. si quieres que a Juancho no le pase nada vas a tener que pagarme con tu cuerpo y hacer lo que yo diga. Ricardo: eres un maldito. Bruno: no te hagas el santito que ya no te queda, ya te he violado varias veces que más da que me entregues el culo otra vez. Y el capataz arrancó la camisa de Ricardo y le dijo: esta noche va ser diferente. quiero que te vistas ...