Novia, tía y madre. Todas para mí (Parte 2)
Fecha: 20/08/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... forma de sostener ese estado de mágica excitación y prolongar las sensaciones.
Deliciosamente largo y agotador, dijo luego de recuperar la cordura y poder hablar. Seguía dentro de ella, enhiesto y duro como el primer momento. – qué bueno que está, qué bien coge este guacho (muchacho)
- Ni te imaginas que bien la mueve, coge divino. Me hizo todo.
- Todo?
- Sí todo... también ese me lo hizo y no duele tanto…
- Estaría bueno probarlo
- Seguro, así sabrías lo que es bueno.
Mientras ellas endulzan mi ego de macho cogedor, estuve acariciando el clítoris, poniéndola en forma, necesitaba que me acompañara para disfrutar de mi polvo.
- Dame vuelta, boca abajo.
- Por atrás?
- No!, no aún… desde atrás… en la concha. Cogeme por la concha.
- Hmmm, me dejarás con las ganas de hacértelo… está bonito
- No ahora, en otra ocasión… en la próxima te lo prometo.
La coloqué boca abajo, levanté de las ingles, la tía colocó la almohada para elevar las nalgas, tener comodidad y poder hacerle una buena cogida.
Comencé a menear la verga entre los labios, que se abriera los cachetes y se la mandé de una, a fondo, con todo, hasta el mango. Luego ubicarme bien encima de sus nalgas, para que entrara al máximo, moverme con todo el ímpetu de estar montando ese culito que había fantaseado muchas noches mientras tenía sexo con su hija, si bien esta vez no era dentro del culo, tenía la promesa de que sería el próximo.
Anna se movía con cadencia acompañando, ...
... habíamos tomado el ritmo acompasado de avance y retroceso coordinado, la penetración era deliciosa, la estrechez mayor que las otras dos mujeres acentuaba el goce.
En un momento la calentura me hizo presa de una excitación que me llevó a tomarla con fuerza de los cabellos, como para domar y someter a una potra por el padrillo, sentía ese instinto de animal, salvaje en los actos, desmesura en apretar sus carnes, exceso presionar la poronga hasta el límite de hacerla gritar.
Cuando el silencio se expande en los actores, es cuando el estallido emocional está llegando a la cúspide, el bramido como expresión liberadora fue acompañado del pletórico fluir de la eyaculación.
Es el momento silencioso del estruendo, perdemos el sentido de escuchar otra cosa que no sea nuestros propios latidos que parecen salvas de cañón, tan ensordecedor que no pude captar el fragor de la exteriorización de Anna cuando en ese momento, al influjo de los profusos chorros de caliente semen producen el orgasmo que la hace temblar y agitarse hasta dejarla agotada y laxa como un trapo mojado.
- Qué cogidota hermana!!! Qué polvo nos echó.
- No sabía que tanto lo necesitaba. Cómo podremos págale lo que hace por nosotras.
- Dale lo que le prometiste. –palmea la nalgas.
- Hmm no sé… pero si dices que no duele...
La tía me diría sonriendo al oído: -de nada sobrino, ves que fácil te hice conseguir este culito.
Esa mañana fui el último en aparecer en la cocina para el desayuno, la mamá había ...