1. Memorias, entre el pasado y el presente (2)


    Fecha: 10/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: zorroblanco2003, Fuente: SexoSinTabues

    ... provocándole más gritos, pero esta vez menos fuertes que antes, pues aunque eran sonoras, seguramente no las lanzaba con excesiva fuerza. A esta siguieron otras, mientras mi padre sonreía socarronamente. — ¡Ya estás madura! —fanfarroneaba—. Es tiempo de cosecharte mujer —añadió. Yo nunca había visto una mujer desnuda y supongo que Albert tampoco, por eso estábamos exaltados ante al imagen de aquella muchacha, con su trasero y muslos ofreciéndonos una vista lateral y en suave picado desde atrás impresionante. Su culo era más negro por la parte del ano y bajo él, un pelo negro, esponjoso y acaracolado, cubría su raja ocultándola. Era el primer chocho que veíamos también, así que tratábamos de no perder detalle de lo que observábamos. Mi padre asió con su gruesa mano aquella pelambre y lo magreó con gusto, creo recordar que hasta su dedo gordo entró en aquella espesura, sin duda atravesando su raja, lo que provocó más gritos de dolor en la chica. Yo la conocía de vista, era una joven que rondaba la pubertad como mi amigo Albert y yo, era hija de esclavos y ya había empezado a trabajar como recolectora en la plantación aquel año. Pues hasta entonces, las chicas de menor edad, se limitaban a llevar agua y comida a los hombres y mujeres que trabajaban. Si la chica dijo la verdad, respecto a lo de que era virgen, en cierta medida las poco delicadas caricias de mi padre en aquellos momentos tuvieron que terminar con ese estado. Mientras tanto él seguía azotándola en el trasero, ...
    ... hasta que cogió su verga, blanca como la leche, en comparación a aquella piel color azabache, curtida por el sol, la acercó a aquel chocho virginal y paseó su punta por él con deleite. — ¡Oh, qué chocho tan exquisito que tienes! Te pienso follar todos los días hasta curtírtelo con mi preciosa verga, hasta te liberaré de trabajar en el campo, así tus manos no se endurecerán —le dijo mi padre babeando de placer a su espalda. La chica lejos de consolarse lloraba, sollozando a cada momento, lo cual no parecía importar en absoluto a mi padre, que seguía a lo suyo. Poco a poco fue metiendo su miembro en aquella virgen, mientras la chica se quejaba del dolor que le producía, aferrándose con fuerza a la bala de paja sobre la que estaba echada. Hasta que mi padre paró, entonces se la sacó y la rodeo hasta llegar a su cara y poniéndosela delante dijo: “¡Vamos chupa!”. La orden fue tajante y ante la negativa de ella enterrando su cara entre la paja, el látigo actuó sobre su culo y espalda, haciéndola gritar de nuevo. Sin duda esto la llevó a obedecer ciegamente y la verga entró en su boca ante la presión ejercida por mi padre sujetándo su cabeza. — ¡Oh sin duda tu boca también es virgen! —dijo soltando una carcajada. La chica siguió chupando, ante las embestidas nada delicadas de mi padre parecieron darle arcadas y éste la sacó momentáneamente de su boca para volverla a meter acto seguido sin apenas darle un respiro. Cuando se hartó, volvió a su culo y la penetró de nuevo sin compasión, su ...
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