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Dos primos adolescentes
Fecha: 14/04/2019, Categorías: Incesto Autor: espineta, Fuente: CuentoRelatos
... dudarlo un momento mi primo, ¡joder con mi primo...!!! Se abalanzó sobre mí desabrochándome la blusa y quitándome el sujetador comenzó a besarme apasionadamente el pecho, chupándome los pezones diciendo que nos dejáramos de miramientos ya que a él le apetecía muchísimo morrearse conmigo y experimentar las mieles del amor. Ante esta declaración de intenciones decidí colaborar a ver hasta donde llegábamos. He de deciros que, con mi poca experiencia, yo ya estaba cachondísima cosa que no me había pasado nunca. Después me pidió que pusiera mi cabeza sobre sus rodillas y, acto seguido, el muy golfo, sin pensárselo dos veces, se abrió la bragueta y sacó la polla diciéndome que se la mamara. ¡Menudo pedazo de cipote tenía mi primito…!!! Y yo apenas sin saber nada de nada, me la metía en la boca, bueno no me cabía toda y a veces parecía que me ahogaba, eso sí, notaba que estaba muy caliente y dura… muy dura. En ese momento con la boca llena de su hermoso cipote me miraba con cara de lujuria sonriendo voluptuosamente. Después, me pidió o me ordenó, que me quitara los pantalones mientras el hacía lo mismo, cosa que hice inmediatamente, y ya se encargó el de quitarme las bragas y vi como sus manos iban ansiosas a coger mi coño, que por cierto lo tenía muy mojado. Yo en esos momentos me encontraba muy a gusto y, la verdad, es que estaba sumamente excitada. Yo, una chica pueblerina, todavía un poco cortada, vi como me pasaba sus hermosas manos frotándome el coño que estaba ...
... mojado como una almeja recién salida del mar y como me abría los labios y la vulva y metía los dedos con pericia llegando a masajear el clítoris. Me dejé hacer y de la misma forma que me restregaba el paquete sobre mi culito, me pidió que me tumbase en un banco de madera que teníamos al lado, me abrió bien las piernas, se puso de rodillas y con una estupenda agilidad metía y sacaba su cabeza entre los muslos y con su boca exquisita me comenzó una maravillosa comida de coño. ¡Y que bien lo hacía madre! Tanto fue así que, a los pocos momentos, entre jadeos y temblores de placer recorriendo todo mi cuerpo, experimenté una corrida maravillosa, yo antes había experimentado otras… pero como esta ninguna. Una corrida que duró una eternidad y que no olvidaré nunca. Después me penetró, yo notaba su dura verga que entraba y salía muchas veces con ansia, con furia en mí sexo muchas veces, yo ya estaba excitadísima y a los pocos minutos sin poderme aguantar volví a correrme de nuevo. Él me dijo que quería cobrarse un buen trofeo. Se había traído el muy golfo, un botecito de vaselina y enseñándomelo me dijo que quería follarme el culo. Primero y con cuidado me introdujo un dedo bien untado, después dos y poquito a poco -ya sabéis “con paciencia y saliva se la metió el elefante a la hormiga”- y con la ayuda de bastante vaselina inició un mete y saca para al final lograr meter su polla en mi inmaculado agujerito y en unas convulsiones maravillosas y jadeando sin poder aguantarse más ...