1. La playa, su fantasía hecha realidad


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Lesbianas Autor: IMen4You, Fuente: CuentoRelatos

    ... labios con tanto deseo, su cadera simplemente me hacía estremecer, gemíamos sin parar y disfrutábamos del momento.
    
    Su teléfono comenzó a sonar, era su marido quien llamaba para saber de ella. Lo tomó y contestó la llamada mientras tapaba mi boca con uno de sus dedos. Ella montada sobre mí quietecita mientras escuchaba a su marido por el teléfono. Comencé a moverme suavemente mi cadera haciendo que mi miembro resbalara dentro y fuera de ella muy suavemente mientras contestaba, ella se tapaba la boca para no emitir ningún quejido evitando sospechas con su marido. Succioné su dedo dentro de mi boca chupándolo mientras mi cadera continuaba moviéndose, sin poder emitir algún sonido que la descubriera. Fue tanto la desesperación que solo le escuché decir:
    
    “Mi amor me duele la cabeza ya me dormiré ¿Está bien? Hasta mañana” Y tiró su celular sobre la arena.
    
    —¿Quieres jugar sucio verdad?
    
    Me dijo ella mientras se elevaba, y sin más que decirle comenzó a dejarse caer con fuerza sobre mí, me hizo gemir con fuerza. Y no se detuvo en lo absoluto, se elevaba y se dejaba caer cada vez con más fuerza y rapidez, haciendo que todo mi miembro se clavase en su sexo de forma salvaje.
    
    No se detuvo por nada, hasta que sus gemidos se hicieron tan intensos que su segundo orgasmo se hizo presente. Un excitante placer me recorrió así como sus fluidos tibios bajaban por toda mi pelvis.
    
    Me levanté de inmediato mientras se relajaba un poco al disfrutar de su orgasmo, le abrace y comencé ...
    ... a besarle dulcemente. Sus labios tenían un sabor tan delicioso que no quería dejar se saborearlos. Yo seguía aún firme y ella aún seguía con ganas de mí.
    
    Ella se giró, dándome la espalda elevando su vestido dejándome apreciar sus nalgas que me ponen loco.
    
    Sus manos abrieron sus nalgas mientras yo era quien se lo acomodaba bajo su sexo, apenas la punta tocó la puerta de su sexo cuando nuevamente se dejó caer de golpe. Me recline un poco y la dejé moverse a su antojo, el espectáculo de su cadera chocando contra mí, era indescriptible. Sus nalgas pegaban en mí y la excitación cada vez era mayor, no quería que parara por nada. Sus gemidos nuevamente se podían escuchar y eso me enloquecía más. Me levanté un poco y mis manos en su espalda le indicaban que se inclinara hacia adelante y ella sin más, obedeció. Tomé sus caderas y comenzaba a tirar de ellas contra mí, me tocaba hacerle sentir todas mis ganas. Mis movimientos se hacían desesperantes al igual que nuestros gemidos mutuos. Cada vez era más a prisa mi penetración hacia ella, la excitación fue tanta que no pudimos aguantarnos y en un gemido intenso ambos comenzamos a terminar deliciosamente. Llene su sexo con mis fluidos tibios al igual que ella empapó el mío exquisitamente.
    
    Caí rendido ante tan delicioso orgasmo, ella se levantó y se recostó sobre mí. Buscó mi boca y dulcemente comenzamos a besarnos. Sin una palabra se recostó sobre mi pecho por un rato.
    
    Como a los 10 minutos decidimos marcharnos porque el calor ...