Antonio, Jose y Nancy de nuevo. - Relatos Eróticos

Antonio, Jose y Nancy de nuevo.

... nacionales... hasta que alguien le llamó:

- Antonio eh!

Él se giró pues el reclamo venía de su espalda. Se trataba de Jose que venía todo trajeado acompañado por otro chico más joven.

- Hooombre Jose! Qué tal? Donde te habías metido?

- De vacaciones. Me fuí a ver los fiordos. Tío que frio.

- A quien se le ocurre. Pues Nancy y yo lo comentabamos esta mañana. Pensamos que te habías ido al País Vasco a ver a tus padres.

- No que va. Necesitaba unos días de relax. Perdona te presento, este es Ricardo.

- Encantado Ricardo, soy Antonio, responsable de seguridad de estos juzgados.

- Igualmente. - respondió Ricardo.

- Acaba de terminar la carrera de Derecho. Lo he cogido en mi despacho para que haga las prácticas. Cómo también estoy de abogado de oficio quiero que me acompañe por aquí para que vea como funcionan las cosas. - Dijo Jose.

- Que no te explote mucho Ricardo. Este hombre nunca tiene horario y no se cansa.

- Gracias, pero por ahora bien. Estoy aprendiendo mucho con Jose- respondió Ricardo.

- Irás al gimnasio esta tarde? - preguntó Antonio a Jose.

- Si, pero me he cambiado. Me he apuntado a uno que me pilla más cerca de casa.

- Vaya!, Nancy te echará de menos.

- Hombre! ya sabeís que cuando queráis podemos volver a quedar los tres. Cómo está Nancy?

- La tengo de viaje ahora mismo. Se fué para Madrid éste fin de semana para cosas de su negocio... ya sabes, la tienda.

- Así que estás de rodriguez en casa Antonio.

- Si, ...

... bueno no, quizás vengan esta tarde mis hijos. No sé que harán porque están liados con los exámenes.

- Pues si no tienes ningún plan podrías venirte a mi casa el sábado por la noche. Estaremos Ricardo y dos amigos más viendo el partido de Champions y jugando a las cartas.

- No lo sé, si vienen mis hijos quizás quieran ir alguna parte. Ya te diré. Te dejo que tengo que seguir trabajando. Ya te digo algo. Encantado de conocerte Ricardo. Nos veremos por los pasillos.

- Igualmente Antonio, a ver si te ánimas y vienes.

- Ya me llamas y me dices. - Le dijo Jose.

Antonio terminó su horario de trabajo y se fué para el gimnasio. Ese día no tenía muchas ganas de correr y fué directo a las pesas. Mientras realizaba sus entrenamientos se descubrió a si mismo observando a los jovencitos haciendose fotos en el espejo. Aquellos jovenes lucían unos cuerpos bien esculpidos. Se hacían fotos unos a otros supongo que con el objetivo de subirlo a las redes y mostrarse. Él se miró al espejo y vió a un hombre de cuarenta y cuatro años que ya no recordaba a ese chico de veinticinco años fisicamente. Lo que si recordaba es que con esa edad ya era padre, y que tenía enormes responsabilidades, no como los chicos que se hacían fotos que parecían que vivían en una eterna edad del pavo.

Se fué para las duchas, se desnudó y abrió solo el grifo del agua fría. Quería relajar todos sus músculos después de un duro ejercicio. El gimnasio era antiguo y las duchas eran comunes. No había separación ni ...