1. Prohibido culear a las alumnas


    Fecha: 20/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    ... acarició con la palma de la mano el rostro de Geraldine, le pasó el pulgar por los labios y entonces la besó. Mientras la besaba, yo seguí mirando su rico culo orinado. - Jessica es un loca, Juanma – susurró María José para mí. Luego sacó mi verga de mi bóxer y empezó a masturbarme mientras se saboreaba. En mi mente, yo trataba de dejar para después el asunto de reconciliar la paradoja que me parecía estar allí, ser su profesor, mayor que ellas, pero actuar como cualquier cachucho. Si hasta había sido el más callado toda la noche. María José se mordía los labios mientras miraba muy de cerca y masturbaba mi verga. Estaba regocijándose en su propio poder, dentro de esa temible lógica femenina de dominio subrepticio. Era la primera del clan, como debía ser, puesto que ella era la matriarca; en agarrar para su placer personal aquello que desde hacía rato se había vuelto la obsesión de todas: Yo. Y yo, estaba viendo la otra cara de la moneda. En mi colegio, los que se cogían a las compañeras, se las cogían después de mí. En la universidad, igual. En el trabajo… iba a cogérmelas a casi todas, después de que María José me devorase como amazona. Cuando María José acumuló todo el deseo que pudo aguantar, al fin me lo chupó. Quería potenciar las ganas a punta de mirarme el miembro y jugar con él. Llevaba varios minutos saboreándose y acercando la boca abierta para volverla a alejar. Y cumplió su propósito, porque cuando al fin no aguantó más las ganas de mamar, lo disfrutó al triple. ...
    ... Yo, que todo el tiempo había estado mirándola excitarse con mi verga, le alcanzaba el culo como podía y manoseaba hasta donde me alcanzaba la mano. Seguía portándome demasiado sumiso. Fue hasta que ella estaba atragantada hasta el fondo que me decidí a moverla por mí mismo y traer su culo a mi cara. Ella entendió y se sentó en ella. El olor de su culo, en conjunto con su panochote era riquísimo. Justo en ese momento estaba probando las cosas que me harían adicto por el resto de la vida a las muchachitas. Simplemente, el sexo entre un hombre y una joven, es el sexo perfecto. Cuando eres un jovencito calenturiento y suertudo, el máximo placer es el puro descubrimiento, y crees que no hay nada más allá. Al madurar al tiempo de tus parejas, hay ventajas emocionales y hasta espirituales. Pero por desgracia (o por fortuna, no sé), las mujeres maduran demasiado a prisa. Cuando tienes 20 y estás con una de 20, estás con una mujer más madura y recorrida que tú. Cuando tienes 30 y estás con una de 30, estás casi con una señora. Así que, cuando tú seas un señor, si estás con una de tu edad… mejor me callo. Con María José sentada en mi cara, probé la exquisitez de una fruta en su punto, y la disfruté con el juicio y la madurez de un hombre. Ese, es el sexo perfecto. Es el gozo del paraíso, saturar los sentidos de placer. Difícilmente, muy difícilmente, una mujer madura supera en belleza y atractivo a una muchachita, así que tener la vista, el olfato, la piel de la cara y la lengua metidas ...
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