Flavia, mi preceptora
Fecha: 20/04/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Gabriel351, Fuente: CuentoRelatos
... días más.
Yo, después de esos días que pasamos juntos tenía en mente solo lugar para Flavia, pero sabía que sería casi imposible, por un lado estaba la relación escolar que nos unía, segundo ella podría ser por edad mi madre, pero estaba decidido no podía seguir así estos días juntos no admitía otra cosa, debía buscar el momento para decirle lo que sentía por ella.
Ella vivía a la vuelta de la casa de mi madrina y trate de encontrarla “casualmente”, mis 2 primeros días no conseguí nada. Nuestro encuentro fue casi de casualidad al 3 día, ella salía de su casa y yo casi me la lleve por delante. Nos dimos un beso y ella se mostraba alegre de verme. Charlamos un rato ella ya sabía que había ido a visitar a mi madrina y dijo:
F- Me podrías acompañar, compro un par de cosas en el supermercado y después podemos tomar unos mates, ¿sí?
Por supuesto que acepté su propuesta, quería verla y salvo alguna sorpresa iba a estar a solas con ella. Como siempre estaba hermosa, con esa ropa se la veía, atractiva, elegante y sexy, ya que su ropa ajustadita marcaba sobremanera los atributos de su curvilíneo cuerpo
Flavia media 1,63 m., su cabello era largo hasta la altura de sus senos, generalmente lo usaba suelto, ondulado de color castaño claro con mezcla de mechitas rubias y con un corte desordenado y salvaje, de piel levemente trigueña cejas finas, ojos eran marrones delineados y sus párpados en un tono de beige, sus labios eran finos en un excitante color rosa pálido, su cara ...
... es de rasgos delicados, que le daban un toque de dulzura, aunque así maquillada le agregaba una inusitada sensualidad, el día se presentaba caluroso y húmedo y Flavia estaba vestida para la ocasión y llevaba aros tipo argolla dorados, llevaba una blusa abotonada en su frente, de fondo blanco con un estampado tipo zig – zag de color negro y gris y una pollera corta, color azul marino ajustada que marcaba su pequeña cintura, sus caderas e insinuaba los cachetes de su cola, su falda mostraba sus buenas piernas unos 10 cm por sobre las rodillas y unos zapatos altos, con taco tipo aguja que insinuaban más las dotes de su cuerpo.
Luego de preparar el mate, fuimos al living. Yo no sabía hacia que parte de su cuerpo dirigir mi vista, sus senos se notaban imponentes, a pesar que su blusa era levemente holgada, sus caderas, su cola su carita angelical sus torneadas piernas…
Charlamos un rato largo, hablamos de lo bien que la pasamos en esos días que estuvimos juntos, de mi madre, de sus hijas de “mis hermanos” y de lo bien que nos llevábamos a pesar de no tener la misma madre.
Salimos al bacón yo iba detrás de ella deleitándome con el movimiento de sus caderas y cola admirando sus movimientos insinuantes. Ella vivía en el décimo piso por lo cual era imponente la vista de la ciudad, mientras ella me mostraba y me explicaba la magnífica vista de la ciudad y yo pensaba en la vista magnifica que ella me estaba ofreciendo con su hermoso cuerpo.
Después de un rato tome mi celular ...