1. Una tormenta atroz y dos vecinos. La combinación perfecta II


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: nena-Xversa, Fuente: CuentoRelatos

    Él se despertó. Ella seguía dormida dándole la espalda, él estaba contento por tenerla allí entre sus brazos. La observaba mientras dormía. La besó delicadamente en el hombro y el cuello. Ella seguía durmiendo. El trataba de empapar su olfato con el aroma corporal de ella. Despedía un olor demasiado erotizante.
    
    También se dispuso a deleitar el tacto de sus dedos con la piel tersa de dicha fémina. Le acariciaba la mejilla, el cabello, no podía evitar olerlo. Sintió una pequeña necesidad de impregnarse de ella. Se estaba volviendo loco por ella.
    
    Ella seguía plácidamente dormida. Con tanta caricia, el comenzó a erotizarse, era irresistible. Su carita angelical con toque pícaro, su cuerpo desnudo y sensual. Aun dormida destilaba sensualidad y deseo.
    
    Estando más entonado, subió el erotismo en sus caricias. Iniciando por el rostro, los labios, el mentón. De allí se enfiló hasta su oreja. Acariciando su cabello y delicadamente colocándolo detrás de la oreja. Al hacer ese movimiento propinó en darle un beso tierno en el cuello. Bajó la mano lentamente recorriendo su silueta. Desde los hombros, pasando por la cintura, rodeando las caderas y extendiéndose sensualmente hasta sus bellas piernas.
    
    Subió lentamente su mano por el abdomen hasta llegar a sus pechos, le apretó uno con la mano mientras acariciaba con sus labios el lóbulo de la oreja. Ella se despertó con ese apretón.
    
    El aprovechó el pequeño momento de somnolencia para acariciarle los labios con la yema de los ...
    ... dedos de forma seductora y los besó dándole los buenos días. Ella le correspondió esbozando una sonrisa de alegría mezclada con picardía.
    
    Él: Buenos días princesa.
    
    Ella: Buenos días.
    
    Ambos emanaban dicha y gozo en sus rostros.
    
    El seguía acariciándola. En una de esas, comienza a besarle en los inicios de su seno. Se entretuvo acariciándolo y besándolo. Se deleitó un rato con sus pechos, mientras que con su mano la tomó de la cadera y la pegó a su entrepierna.
    
    Así en esa posición comenzó un pequeño vaivén mientras que acariciaba los labios vaginales, comenzaba a masturbarla suavemente en ritmo constante y sutil. Se estaba excitando bastante. Ella al sentirse un poco subida de tono, se gira colocando su brazo alrededor del cuello de él y lo beso apasionadamente. El corresponde. De inmediato sus besos expulsaban pasión pues, ya estaban bastante excitados. Ella pone su pierna encima de su cadera aprisionándolo hacia ella, él ya tenía su miembro erecto. Los dos comenzaron a frotarse y a pegar más y más sus sexos, acto seguido, el agarra su pene y lo guía hasta penetrarla. Así en esa posición sin dejar de besarse, de acariciarse, de morderse con coquetería más que con fuerza, así disfrutaron de su concupiscencia, gozándose a ritmos tranquilos pero erotizantes, comenzaban a gemir y a jadear, es mucho deseo que destilan los dos y embonan bastante bien. Después de un rato de retozar a gusto, saca su miembro y se corre en el abdomen de ella. Pero no deja de besarla ni de ...
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