Arrepentidos los quier Dios. Capítulos 4º 5º y 6º
Fecha: 23/04/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sobreponía a todas las inmundicias que me iban a sobrevenir. Iba a vengarme por ser el máximo responsable de mi salida del pueblo de aquella forma tan humillante.
--¡Vamos... vamos...! ¿A qué esperas? ¡Dame de una puta vez!
--Tranquilo su excelencia, tranquilo, que va a gozar como nunca ha gozado en su vida.
Dirigí la punta del arnés hacia su ano; tenía cuatro hemorroides que obturaban la entrada. Al intuir su proximidad, hizo esfuerzos como cuando se defeca, y ante mí, se abrió un ojete rojo que daba pavor mirarlo.
Apunté bien, cerré los ojos, corté la respiración; y pegué un empujón hacia dentro que entró hasta el fondo, (con almorranas y todo) El muy cabrón se retorcía de placer.
--¡Dame... dame... dame más fuerte..! ¡Qué bien me follas...! ¡Ahhhh...!
De súbito se estremeció, y cayó sobre la cama como un fardo. Me asusté al ver como se doblaba. Aquello no era placer, era dolor, los signos y los gestos eran inequívocos. Perdió el color sonrosado, su tez quedó blanca como la leche, y los labios se le empezaban a poner morados. A poco más de un minuto quedó inerte encima de la cama.
Salí corriendo en busca de doña Patrocinio. ¡Menos mal que estaba al tanto! Y entró rápido a la habitación. Supo al instante que había muerto de un infarto de miocardio.
--No toques nada, niña, absolutamente nada, pero quítate ese aparato de la cintura enseguida, y esconde esos artilugios.
Dos escoltas que esperaban en la sala de visitas, fueron informados en el acto del ...
... acontecimiento. Uno de ellos marcó un número de teléfono, y a los 25 minutos se presentó un doctor que certificó la defunción por infarto. Afortunadamente para nosotras, su cuerpo no presentaba ningún signo de violencia. Si se hubiera producido el óbito diez minutos más tarde, le hubieran encontrado con la espalda desollada a latigazos. Me miró doña Patrocinio, y las dos dimos un suspiro de alivio.
No sé como se las arreglaron, pero al día siguiente salió una nota escueta en la prensa que decía:
Su Excelencia el gobernador, ha fallecido de una parada cardiaca, mientras dirigía una reunión de trabajo en la sede del Ministerio dela Gobernación.
El Director General dela Policía Nacional, gran amigo dela Casa, y cliente, pero también de los que follaban gratis para agradecerle sus silencios y miradas hacía otros lados, tuvo muy claro porque conocía muy bien a doña Patrocinio, que aquel percance jamás saldría a la luz pública por sus labios y los de "sus niñas".
Capítulo 5
Año 1975
Tenía a la sazón 35 años. Mi gran amiga, madre y valedora, había fallecido, y como no tenía descendientes directos, fui su heredera universal.
En quince años había pasado de ser una mancha en mi familia por culpa de mi carácter fogoso, a ser una de las señoras más respetadas de aquella sociedad también gracias a mi cuerpo. ¡Paradojas que da el dinero!
El cura párroco de mi pueblo, don Celestino aún vivía, aunque estaba muy mayor el hombre. Me absolvió de todos mis pecados porque ...