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La lluvia (PARTE 1)
Fecha: 24/04/2019, Categorías: Hetero Autor: sexonavegante, Fuente: RelatosEróticos
... Era la viva imagen de una dulce amazona montada sobre su macho. Y lo mas maravilloso era que en ese momento su macho era yo. Sus caderas se movían de manera suave y cadenciosa, oleadas de placer estremecían mi cuerpo en cada meneo suyo, de arriba hacia abajo, de atrás a adelante, y en una delirante forma circular. Mi pene disfrutaba enormemente deslizándose una y otra vez por todo el interior de su mojada vagina. Toda una maravilla erótica ejecutada con maestría. Sus jadeos aumentaban de intensidad poquito a poco pero ella mantenía el ritmo suave y cadencioso de sus caderas. Su respiración comenzaba a agitarse más resoplando fuertemente. Afuera llovía con mas fuerza. Mis manos acariciaban sus redondas nalgas dejándome llevar por el ritmo que ella ponía a sus caderas. Mi pene era un poste encendido de lujuria con el que disfrutaba cada centímetro de su mojada concha. Podía sentir sus jugos abrazando mi pene, lubricándomelo todo. Aún montada sobre mí, con sus rodillas acomodadas a un lado de mis caderas Gina se posicionó de modo que quedara un buen espacio entre mi pelvis y la suya. ...
... Su erótico plan se reflejaba en su mirada y me dedicó una sonrisita pícara diciéndome –esto te va a encantar tanto como a mí, te lo aseguro- . Entonces sus caderas se movieron de arriba a abajo pero propinándose a sí misma unos ricos sentones en mi palo. Una y otra vez el trozo de carne se hundía en sus entrañas hasta el fondo. En cada sentada mi pene entraba y salía de ella haciendo que mi cuerpo se estremeciera de pasión. Su vagina podía sentirse tan caliente como mi falo. Comencé a ver sudor en su frente, el esfuerzo y ejercicio era digno de una amazona. Y yo quise cooperar con esa demostración excitante, apreté mi cadera empujándola y levantándola hacia arriba al encuentro de su ardiente vagina. El efecto fue tremendo, cada vez que su vagina bajaba mi pene subía con fuerza a recibirla gustoso. La ensartada era fenomenal produciendo un erótico sonido. -Aaaahhhggg- gemía Gina en un grito ahogado de placer cada vez que sentía entrar con fuerza la hinchada cabeza de mi duro palo penetrándola. El chasquido que producía el choque de nuestras pelvis se mezclaba con nuestros gemidos.