1. Amor prohibido con la ahijada, sexo del mejor


    Fecha: 29/04/2019, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    El relato que sigue está escrito desde el afecto, donde el recuerdo de este hecho dejó su impronta indeleble, que con el devenir del tiempo fue sedimentando y acrecentando el dulce encanto de lo grato.
    
    Vivo en una ciudad pequeña, donde casi todos nos conocemos, muchos somos amigos desde infantes y aún seguimos en esa condición.
    
    Tal es mi caso, con uno de esos amigos que compartí travesuras, andanzas y alguna que otra aventura con mujeres. Mi amigo se casó con una chica de la ciudad, somos muy amigos, hasta fui su testigo en el casamiento civil, visitante asiduo a su casa.
    
    Rondamos los cuarenta y pico, yo sigo soltero, tuve varias parejas del estilo cama afuera, casi siempre con mujeres que no son de esta ciudad, y cuando lo fueron tuve la suficiente discreción para que siguiera siendo una relación entre dos solamente. Soy comerciante en cereales, buen pasar, deportista y temo perder el bien más apreciado: la libertad. Defendiendo mi soltería a capa y espada, no soy mal parecido y me mantengo en buena forma física. Frecuento la casa de mi mejor amigo para compartir comidas, alguna excursión de caza o simplemente compartir la rutina semanal de una cerveza.
    
    Con hija de mi amigo, llamaré Ro, nos conocimos hace diecinueve años, totalmente desnuda, claro recién llegada de la maternidad, dos días de nacida.
    
    Nos fuimos conociendo, la tuve en brazos, colaboré dándole alguna mamadera, acercándola al jardín de infantes algún día de lluvia, ayudándola con los deberes o ...
    ... siendo compinche en alguna travesura. Con el tiempo la muchacha fue creciendo y desarrollándose hasta convertirse en una apetecible mujer, partió a una ciudad vecina, viviendo en la casa de sus abuelos, mientras cursó toda la escuela secundaria, ahora concluida y con el flamante título bajo el brazo volvió a la casa paterna por un tiempo antes de volver a ausentarse para comenzar en la universidad.
    
    Durante ese verano que pasó nos volvimos a ver con la frecuencia de antaño, pero una tarde de esas que paso para compartir unas cervezas con mi compadre, se apareció y como al descuido se sentó sobre mis rodillas, pero, esta vez no fue como otras muchas que se sentaba sobre su “tío”.
    
    Sentí algo distinto, un roce accidental, traté de desviar mi atención y pensar en algo totalmente accidental, pero volvió a repetirse ese roce, solo que ahora era notablemente causal. Sin darme cuenta respondí como un macho ante una hembra, acto reflejo e instintivo. Todo tan bien puestos, un cuerpo glorioso, apetecible, moviéndose todo en actitudes que ahora son atrevidamente intencionadas.
    
    Recuperé la compostura, busqué alejarme lo más rápido posible, quería escapar de este pensamiento fugaz e incestuoso, me llenaba de pudor de solo pensarlo. Aún dentro de la turbación por el suceso creí notar en ella un brillo especial en la mirada, gozando con esta circunstancia, tenía actitudes de mujer que está segura que domina la situación.
    
    En los días siguientes evité encuentros, en especial a solas, ...
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