1. Luis, Jacobo y un verano 06 El macho primitivo que se folla a Jacobo


    Fecha: 22/08/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... flojo. Se pasaba su mano grande, venosa y llena de pelos por lo que parecía un tubo de plástico, la situación estaba empezando a resultar excitante y erótica y comencé a imaginar lo que el hombre escondía tras el verde de la tela, mi polla respingó cuando agarro la parte extrema, o sea el glande, y lo apretó hasta notarse la humedad que mojaba ya la tela. El viejo había marchado por una puerta hacia la cocina o almacén y el hombre de la barra corrió repentinamente el resto de la cremallera que faltaba por bajar, entonces apareció lo que esperábamos mi primo y yo, una verga larga como la de Julio pero más gorda, estiró de la parte baja de la tela y sacó dos huevazos que no cabían en su mano, apretaba el escroto haciendo que sus testículos brillaran al estirar tanto la piel que se veía tras la pelambrera negra. Sentía mi polla encerrada latir como loca y mi culito vibraba llamando a aquella verga de ensueño, imagino que Jacobo estaba sintiendo lo mismo sin perderse detalle de la exhibición que el otro nos ofrecía. Cuando el viejo apareció se subió apresuradamente la cremallera hasta el pecho, nos miró e hizo un gesto con la cabeza como invitándonos a seguirle fuera. No lo podía creer, Jacobo le asentía diciéndole que si con un movimiento brusco del cuello como si se rompiera. El hombre se despidió del viejo de la barra y nos dirigió una larga mirada que era un imán hasta que salió por la puerta. -Qué vas a hacer Jacobo. –agarré su brazo. –Es una temeridad, vamos a casa. ...
    ... -Probaremos algo nuevo, ¿te has fijado como está el tío? Eso es un macho. –no esperó a que le respondiera y emprendió el camino que el otro había iniciado hasta llegar a la puerta, se volvió para hacerme una señal, continuaba sentado, perplejo y asustado ante lo que nos proponíamos hacer. Me levanté y se seguí apresurado, el sol de la mañana ya alto nos cegó, el hombre permanecía en la puerta del almacén de la gasolinera con la puerta de cristal abierta y hacia allí se dirigió Jacobo seguido por mí. Sin esperarnos el hombre entro en el local, al traspasar el umbral volvimos a quedar ciegos aturdidos de nuevo por el contraste entre claridad y sombra. -Sera mejor que las bicis las dejéis detrás de esta caseta. Su voz ronca sonaba ahogada, agarró la cabeza de Jacobo entre sus manos y comenzó a besarle en los labios. -Ve tú Luis, tráelas como él dice. –mi primo parecía ido y sin ganas de detenerse en el beso que el hombre le estaba dando. De nuevo salí a la luz, la distancia era pequeña y fui llevando las bicis, cogiendo de los manillares arrastré las dos a la vez a la parte posterior de baja caseta. No estaba muy convencido de que fuera bueno lo que irremediablemente íbamos a hacer pero amansaba mi desazón viendo en mi cabeza la imagen de Julio con su amiga, y como Jacobo dijo: Eso es un macho, resultaba totalmente cierto. Resultaba tan, tan excitante la situación que me temblaba todo el cuerpo como si tuviera fiebre. Traspasé la puerta y la oscuridad me envolvió, escuchaba los gemidos ...
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