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Luis, Jacobo y un verano 05 - Bruno me calma con su verga
Fecha: 14/05/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
Los siguientes días se me hicieron muy largos al no conseguir hablar con Julio, ya no era importante tenerle para hacer sexo, me conformaba con que me mirara y pudiéramos hablar, decirnos alguna palabra. Nos veíamos y cuando estábamos juntos, nunca los dos solos, eludía mi mirada, si supiera el daño que me causaba. Mis padres y tíos por su parte preparaban su viaje ya que partirían el lunes siguiente. Los abuelos disfrutan de sus nietos, nosotros de la libertad de los espacios abiertos, de la piscina, del cigarro compartido en la casita del árbol después de comer, cuando los mayores echaban la siesta, todo dentro de una placentera y perezosa rutina. A pesar de lo mal que lo pasaba por culpa de Julio, no me privaba de nuestras mutuas pajas o las mamadas de nuestras pollas al calor de casita, disfrutando del viendo que entraba cálido entre las rajas de las maderas, tumbados y soñando, quedándonos dormidos algunas veces hasta la hora de la piscina. A las noches Bruno se pasaba a nuestra habitación, no solo para follarnos, jugábamos a las cartas, a hacernos la guerra de almohadas sin meter mucho ruido y preparábamos el programa para el día siguiente. Invariablemente todo terminaba con la verga de Bruno dentro de Jacobo y yo mirándoles, deseando que Julio estuviera allí y también me la metiera. Bruno generoso me la ofrecía, se la rechazaba entre bromas de Jacobo, solo los acompañaba excitándome al verles gozar y masturbándome pensando en mi chico. Sinceramente, algo sí que hacía, ...
... mamarle la polla al pequeño mientras su hermano lo follaba, o acariciar la verga del mayor mientras entraba en el culo de Jacobo. Era todo un vicio delicioso que compartíamos los tres y nos gustaba muchísimo, todo radicaba en proporcionarnos placer los unos a los otros sin forzar nada, permitiendo que todo fluyera natural y armonioso, propio de nuestras particulares tendencias. A Bruno no le gustaba que le diéramos por el culo, pues muy bien. Le gustada darnos y a nosotros recibir. Tampoco le gustaba mucho mamarnos la polla, pero lo hacía. Bruno sí que hablaba con Julio y a veces desaparecía para ir con él, le acompañaba en la ranchera o a caballo, le ayudaba en sus labores, lo que podía y no era mucho, miraba y estaba a su lado. También envidiaba eso. -Dime lo que pasó la primera noche cuando estuviste con Julio, ¿o aún no puedes? -habíamos salido del agua donde estuvimos jugando con papá y el tío, nadando y divirtiéndonos. Era un momento en que Bruno había ido a buscar a Julio y Jacobo aprovechó la oportunidad para insistir en lo mismo. En susurros para que los mayores no escucharan se lo fui contando. Mi primo no parecía tomárselo en serio, sonreía malicioso y sus ojos brillaban como si se alegrara de mí mal, no era así porque en el fondo veía su inmenso cariño por mí. Cuando terminé, o di por finalizado el relato de lo que quería que supiera, acercó su mano para tocar con la punta de sus dedos los míos, estábamos tumbados sobre nuestras toallas, boca abajo con los rostros ...