LA NEGRA CUBANA
Fecha: 15/05/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tengo dieciocho años. Soy de estatura mediana. Rubio, de ojos azules. Como todo joven, me pajéo. Mas lo mío ya llegaba a obsesión. Desde los dieciseis años, empecé a pajearme pensando en la nueva vecina, una negra cubana, recién casada con un hombre de más de cincuenta años. La negra, tenía, y tiene, un cuerpo de escándalo. Tetas grandes. Cinturita. Caderas generosas y un gran culo
Cientos de veces vi con mis prismáticos como se desnudaba en su habitación, ya que vivía en un segundo piso, y yo en el tercero del edificio de enfrente. Hubo noches de verano, cuando no estaba su marido, que me tengo corrido hasta siete vecesa, al verla a ella masturbarse durante más de una hora.
Pero tanto va el cántaro a la fuente que se vuelve descuidado. Una noche que se estaba desnudando, con la luz encendida, me vio en la ventana con los primáticos y el pájaro en la mano, ya que me había olvidado de apagar la luz.
Al día siguiente me paró en la calle y me preguntó:
-¿Cuánto tiempo llevas espiándome?
Fui sincero... por si sonaba la flauta.
-Años. Llevo años obsesionado contigo,
-¿Levas años tirando la paja al verme desnuda?
-Y al ver como te pajeabas tú.
Me extrañó que no se enfadara.
-¿Cuantos años tienes?
-Dieciocho.
-No me mientas.
Le enseñé el DNI.
-Mi marido no está en casa...
-Lo sé. Cuando te desnudas, no está.
Miró a ambós lados de la calle. Sacó una llave del bolso y me la dio.
-Segundo B. Si ves a alguien no entres.
Se fue para ...
... su casa. Cinco minutos más tarde, entré en su piso.
Oí su voz.
-Al final del corredor, a la izquierda.
Legué a la habitación, que tantas veces había visto, y allí estaba ella, de pie, desnuda. Me acerqué a ella. Me abrazó y comenzó a comerme a besos. Me sacó la pollla. y all verla, gorda y con sus 22 centimetros mirando hacia sus tetas, se arrodilló, la metió en la boca y me la acarició y chupó hasta que me corrí en su boca, Se bebió la leche. Después me llevó hasta la cama. Me desnudó. Me empujó sobre la cama, y cuando estaba echado boca arriba, subió encima de mí. Me puso su chocho de vello negro en la boca, y me dijo:
-Me toca, papito.
Puse mi lengua en su sexo. Estaba empapado. Comenzó a mover la pelvis y a acariciar las tetas. Yo le cogía el culo, que estaba duro como una piedra. Ni cinco minutos tardó en cogerme una mano, chuparme un dedo y decirme:
-Fóllame el culo con él.
Se lo metí en el culo. Comenzó a acelerar sus movimientos, y exclamó:
-¡¡¡Me vengo, papito, me vengo!!!
La negra cubana, se corrió en mi boca. Su sexo chorreaba y sus gemidos eran tan dulces que me pusieron palote de nuevo. Nunca antes se habían corrido en mi boca y la verdad es que me encantó. Se iba a quitar de encima, y me dijo:
-Me apeó, papito. Te voy a contar un secreto. Yo también tuve matraquillas contigo. Me imaginaba que era tu moco y me ponía maluca.
-En aquel momento no entendí lo que me dijo... Ahora sí lo sé... Le empecé a comer aquellas duras y hermosas ...