1. Noche de pasión en Lisboa (XI): Se hace camino al andar


    Fecha: 23/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: alfredo1257, Fuente: CuentoRelatos

    ... llevaría hasta la villa de Redondela, en donde, a partir de ahora, y hasta nuestra llegada a Santiago de Compostela, dormiríamos en los albergues del peregrino.
    
    Salimos de Portugal cruzando el viejo Puente Internacional, entrando en España por la antigua aduana y cruzando la ciudad salimos a campo abierto. Aproximadamente a quince kilómetros encontramos el pueblo de O Porriño, lugar de nacimiento del arquitecto D. Antonio Palacios, contemporáneo de Gaudí. Diseñador entre otros, del Palacio de Comunicaciones de Madrid, sede del ayuntamiento de dicha villa, y cuya efigie sedente en bronce se encuentra a las puertas del ayuntamiento de este pueblo, el cual es también obra suya. Una vez cruzado el pueblo, volvemos a caminar entre montes hasta llegar a la citada villa de Redondela, donde haremos noche.
    
    La segunda etapa la cubrimos entre Redondela y Caldas de Reis, cruzando la ciudad de Pontevedra y pasando al lado de la basílica de la Virgen Peregrina, un coqueto templo barroco que tiene la curiosidad de que su planta no es en cruz, sino que tiene forma de concha de vieira.
    
    La tercera etapa nos trajo directos a Santiago, donde nos alojamos en el Parador Nacional, con la misma configuración de habitaciones que en Portugal. Después de caminar ciento dos kilómetros en tres días, caímos rendidos en nuestras camas, hasta levantarnos esta mañana para ir a la Oficina del Peregrino y oír misa en la catedral.
    
    Una vez libres de impedimentos, salimos de la Plaza del ...
    ... Obradoiro por la Rua do Franco, y entramos en el Pazo de Fonseca, antigua sede de la universidad y que hoy alberga la biblioteca universitaria. En el claustro coincidimos con un peregrino que conocimos hace un par de días y con el que entablamos una suerte de complicidad, basada en principio en que todos estábamos haciendo el Camino.
    
    Se trata de un muchacho de unos treinta años, mulato brasileño, bastante apuesto y de trato educado y agradable. Lleva escalando posiciones desde que le conocimos. Comenzó intentando pegar la hebra con Paulinha, pero ella, sin muchos miramientos, pero con tacto, se lo quitó de encima enseguida. La siguiente etapa fue Marta, que le dejó rondarla un poco más, pero tampoco le dejó rematar la faena. Entonces probó suerte con Ana María, y parece ser que a ella sí le hizo tilín. La cosa no llegó a más porque la intimidad de dormir en literas en los albergues no permitía escarceos, pero hoy, no sé por qué, me da la impresión de que éste se lleva el gato al agua.
    
    Durante la visita, poco a poco vamos formando dos grupos diferenciados. Por un lado, Ana María y el muchacho, y por otro, el resto de las mujeres y yo. Cuando terminamos de recorrer el Pazo, al salir, nos sentamos todos juntos a tomar una copa en una terraza de la Plaza de Fonseca. Momento que aprovecha Ana María para hablar con Amália en privado.
    
    Amália me lleva aparte y ruborizándose me dice:
    
    - Alfredo, ¿podrías buscar una farmacia y comprar preservativos?
    
    - ¿Qué? ¿A estas alturas, ...
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