Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (3)
Fecha: 23/05/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... hacerlo.
-Sí, gracias, escribano… Realmente después de ver lo que vi me dan ganas de usarlo… -dijo y dirigiéndose a Alex le ordenó: -Quedate así, de rodillas, putito y ya sabés, sin apoyar el culo en los talones.
-Sí, señora… -contestó el jovencito agachando la cabeza.
Ligia sabía que en el armario se guardaba un pote de vaselina y fue en su busca, para después regresar junto al chico.
La mujerona le entregó el pote y le ordenó: -poneme vaselina en el dedo del medio y en el índice. –y extendió su mano derecha.
-Sí, señora… -murmuró Alex para después cumplir la orden.
-Ahora ponete un poco en el agujerito del culo.
-Sí, señora… -dijo el jovencito con voz algo enronquecida por la excitación y obedeció de inmediato.
-Bueno, ahora en cuatro patas, bebé. –y el chico adoptó de inmediato esa posición.
Los tres vejetes observaban la escena reclinados en la cama y luciendo en sus rostros una expresión lujuriosa mientras el jovencito respiraba por la boca, presa de la ansiedad. La extrema intensidad de lo que había estado viviendo, ese altísimo voltaje erótico que reinaba en la sala habían borrado de su conciencia toda culpa, todo temor y sólo ansiaba seguir gozando.
-Separá bien las rodillas, putito. –le ordenó Ligia.
-Sí, señora… -murmuró el chico y obedeció de inmediato mientras sentía crecer el deseo de ser penetrado por esos dedos que habìan resultado ser muy hábiles en tales menesteres.
Ligia introdujo primero el medio y mientras lo hacía ...
... avanzar y retroceder dentro del culito se deleitaba con los gemidos del chico.
-Estás gozando, nene putito… ¿Querés otro dedo?...
-Sí… Sí, señora Ligia, sí… aahhh…
-Suplicámelo…
-Se lo suplico…
-¿Qué me suplicás?...
-Que… que me… que meta otro dedo… aahhhh…
Al jovencito ya no le importaba humillarse y, por lo contrario, era una práctica que lo excitaba cada vez más.
Ligia plegó su dedo ìndice y luego lo introdujo en el estremecido culo del chico, que exhaló un largo gemido mientras el pequeño pero agresivo ariete lo penetraba hasta el nudillo. Ligia comenzó a hacer girar ambos dedos hacia la izquierda180 grados y luego hacia la derecha y enseguida otra vez hacia la izquierda, juego con el cual Alex se iba excitando más y más en tanto de su boca brotaban gemidos y jadeos enronquecidos. Ligia llevó su mano izquierda hacia el pene del chico imaginando que lo encontraría erecto, y así fue. Lo soltó en medio de una risita burlona. Se inclinó hacia delante y murmuró al oído de su presa:
-Estás muuuuy caliente, ¿eh, nene putito?
-Sí… Sí, señora, sí…
La mujerona había dejado de mover sus dedos para concentrarse en la humillación al que deseaba someter a Alex y que los Amos disfrutaran de eso.
-¿Y por qué estás tan caliente? –preguntó Ligia con sus dedos inmóviles dentro del culo.
Alex vaciló un instante y luego dijo:
-No… no sé, señora…
Ligia lanzó una carcajada cruel:
-¡Mentira! ¡Lo sabés muy bien, cachorro!...
A esa altura los tres ...