1. El Baldío y El Mirador. 11ª parte.


    Fecha: 25/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... pero entonces, ¿ya podré ser mamá?, sí ya cuando te llegue esas menstruaciones ya estarás preparada para serlo, pero vente vamos a la farmacia de una vez, antes de que se haga más tarde. De regreso de la farmacia y sentados tomándonos un soluble aromático con el agua caliente de mi termo antiguo seguimos platicando: >>> oye Marvin ¿no te gustaría que tuviéramos un hijo?, ya vez que ya tiene medio año que vivimos juntos y no ha pasado nada de sexo entre nosotros, sólo lo que te hago y me haces, la verdad me siento sola, casi no estás conmigo, me aburro de ver televisión y de escuchar música, >>> no mi niña, no por el hecho de que ya vas a reglar inmediatamente te embarace, no, primero la escuela, luego se verá eso, además mira aquí no es el lugar adecuado para un bebé, y yo además quiero hacer mi carrera de médico, e igual tú con mi apoyo tienes que salir adelante, eso que piensas por el momento no está en mis planes y menos debe de estar en los tuyos, eres muy chica aun, para tremenda responsabilidad, ya llegará el momento que tú y yo lo decidamos, pero que ya tengamos, cuando menos una casa propia y ya hayas crecido, >>> bueno como tú digas mi amor, yo te decía nada más, ¿jugamos un rato antes de dormirnos? Me recosté en la cama e igual mi Jenny hizo lo mismo sus manos se dieron a aflojar el cinto de mi pantalón, yo igual comencé a tocarla por encima de su ropa, entre los besos y caricias que nos propinábamos, a los que ya estábamos acostumbrados nuestras ropas fueron ...
    ... desapareciendo lentamente, mi Jenny bajita de estatura, con un cuerpecito que ya con curvas preadolescentes se veía, sus senos duros y sus pezoncitos pequeños adornados por unas breves aureolas me las ofrecía con sus manitas a que se las besara, lo que hacía en esos momentos, arrancándole suspiros de excitación que se convertían en leves gemiditos que llenaban mis oídos y me hacían subir al cielo y escuchar a los ángeles cantar, mis manos recorrían su talle, cintura, caderitas en desarrollo y sus nalguitas duras de buen tamaño para su edad, lentamente nos fuimos ubicando en la posición de un “69”, y nos dábamos a lengüetear nuestros sexos, su boquita en mi glande me lo absorbía sin llegar a que arqueara, era erótico verla jalándome con su mano y llevarlo a sus labios, ella me abrió sus piernas para que yo degustara de su salinidad que en fluidos leves me regalaba, de momento ella se levantó y se ubicó encima de mí, como siempre aplastándome con su vulvita mi erección a la que se daba a darle los consabidos vaivenes coitales, sus breves jugos comenzaban a bañar mi tronco que direccionado a mi ombligo estaba; mmm, Marvin mmmm, ¿por qué no quieres hacérmelo bien?, ahh, ahhhhh, ¡tú me haces que ande mojadita todo el día!, ahhhhh ahhhhhhhh, ¿no te gusto como mujer?, ahhh, ahhhh, - no digas tonterías Jenny, ya sabes que eres mi adoración, me gustas mucho, y ya sabes cómo te quiero, pero no quiero desvirgarte aun, recuerda que te dije que pronto será, - ahhh ahhhhhhhhh, si recuerdooo, ...
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