1. Amalia y el carnaval


    Fecha: 26/05/2019, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... comiéndome su coño saladito, y como ya sabíamos lo que podíamos dar de si, no tuve reparos en trabajarle también su ano con un par de dedos.
    
    Después cambiamos la posición. Yo seguía tumbado. Amalia se incorporó sentándose sobre mi y metiéndose mis 17 cm dentro de la vagina. Empezó a cabalgar mientras apoyaba su pecho contra el mio, nos morreábamos lengua con lengua, le cogía las tetas con mi mano y chupaba sus pezones sin descanso. Amalia gozaba como nunca antes lo había hecho, sobre todo cuando sentía mi polla en la vagina y un par de dedos por su culo. Cambiamos de postura, yo seguía tumbado, y ella se dio la vuelta, de espaldas a mi, y metiéndose de nuevo la polla por el coño. En cuclillas, empezó a follar como si hiciera sentadillas. Mis manos no sabían donde acudir, pues tan pronto cogían su 100 de cadera, sobaban sus tetas, le daba un par de azotes o le metía un dedo por el culo para luego llevárselo a la boca. Amalia estaba tan excitada que ya se había corrido un par de veces. Eso si era una cueva, húmeda, ideal para que mi polla no necesitara ningún tipo de lubricante.
    
    De nuevo, cambiamos de postura. Ahora era Amalia la que se ponía a 4 patas. Mi perdición. Es mi postura favorita, ver a una buena hembra ofreciéndome su culazo, con las tetas colgando. Mi polla era un misil tierra-aire, que ni pa dios se ...
    ... bajaba. Volví a metérsela por el coño, cogiéndola por las caderas. Su culo previamente dilatado, invitaba a hacer un fisting, si no de puño entero (esto es casi imposible), sí de 3 ó 4 dedos. Tan salidos estábamos, que creo recordar que 3-4 dedos entraron tanto por su ano que llegaro a tocar algo de caca. Listo pues ese culazo, la ensarté sin contemplaciones. Mi polla tenia las venas para reventar, su ano extremadamente dilatado, y después de unas cuantas embestidas, llegó la corrida. Mi leche saltó por su culo y su espalda, y tanta era la tensión de la polla, que ésta no se bajaba. Al punto de que después de haberme corrido, aún tenía fuerzas para meter la polla por su culo, y seguir empujando un rato. Creo que en ese momento se mezclaba el semen con algo de sus restos orgánicos. Finalmente, saqué mi polla de su ano, y Amalia que de vicio sabía un rato, quiso rematar con una pequeña mamada saboreando los restos de mis flujos y sus flujos.
    
    Caímos rendidos, pero como el domingo no teníamos nada que hacer, aún tuvimos tiempo para echar otro par de polvos hasta la hora de la comida. Increíble esta Amalia, e increíble los polvos que disfruté cuando me la follaba. Nunca he descartado que estas escenas vuelvan a repetirse, porque desde luego Amalia, merece la pena, sobre todo cuando llega el Carnaval y se viste de cabaretera. 
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