1. Mi adolescencia: Capítulo 45


    Fecha: 25/08/2017, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Adolescente, Fuente: CuentoRelatos

    ... a eyacular) se puso encima de mi cara, cogió el cuello de la camisa, lo sacó por fuera del jersey y empezó a tirar hacía él para que se la comiera. El proceso fue igual que siempre, es decir, hacerle una felación hasta que no pudiera más, y en ese momento sacar su pene de mi boca para subirme torpemente el jersey para correrse encima de la camisa de Sara. Era todo muy morboso, sin duda, yo disfrutaba excitándole de esa manera tan fetichista y sabía que tanto con la ropa de Jennifer como con la de Sara le había encendido a mil. Se le notaba en la forma de mirarme mientras me lo hacía y en la forma compulsiva de hacerme el amor. Quizás debería sentirme ofendida por algo así, pero sabía muy bien que no había motivos reales para ello, porque ya durante mucho tiempo se excitó mucho con mi propia ropa y esto era solo un aliciente más para seguir aportando fogosidad y fuego a nuestras fantasías.
    
    Eso sí, todo se torció cuando, al cabo de unos pocos días más, me dijo quién quería que fuese la siguiente chica a la que pedirle algo: Pilar. Eso me noqueó. Eso me bloqueó por completo. Pilar había sido su novia durante mucho tiempo. Habían estado saliendo mucho tiempo y, aunque ahora fuese yo su novia, no me hacía ninguna gracia hacer algo que le recordase todo lo que tuvo con ello. Me negué en redondo. No podía. Mi cerebro me bloqueaba totalmente. Y de repente me sentí tremendamente celosa. Cómo si el fantasma de su relación con Pilar hubiese vuelto y hubiese cierto peligro de que me ...
    ... fuese a dejar por Pilar. Me sentí insegura. Me sentí nerviosa y me bloquee negándome en redondo. Iñigo, al verme tan contrariada, me sonrió y trató de tranquilizarme. Me dijo: “No te preocupes. Tranquila. Te contaré porque quiero exactamente con Pilar. Déjame contarte”. Sabía que, dijese lo que me dijese, yo iba a seguir negándome y no iba a aceptar, pero aun así le dejé hablar. Quién me iba a decir a mí que acabaría convenciéndome de la forma más sencilla del mundo.
    
    Iñigo empezó a hablar muy elocuentemente, como siempre en él, y me vino a decir más o menos: “Mira, cuando empecé a salir con Pilar me fijé que tenía en su habitación una foto suya muy guapa con una camisa azul a rayas, con un pañuelo rosa alrededor y unos pantalones blancos con un cinturón marrón. Y siempre me dio mucho morbo como iba vestida en esa foto, pero curiosamente durante todo el tiempo que fuimos novios nunca se lo volvió a poner, nunca, y yo no tenía con ella la confianza y compenetración que tengo ahora contigo para el tema de las fantasías, por eso nunca le dije que pusiera eso para mí. En todo el tiempo que fuimos novios, que tú sabes que fue mucho, jamás se puso esa ropa, lo cual aumentó más el morbo todavía. Esta es la principal razón por la que quiero que tú te la pongas. Solo por eso”. No puedo negar que sus palabras fueron más que convincentes y que tenía razón en todo lo que decía. Aunque claro, lo que más me gustó de toda aquella parrafada fue lo de “yo no tenía con ella la confianza y ...