La amorosa hija (Parte 2)
Fecha: 02/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
Como película repetida, a cada momento pasaban por la mente de Anne escenas de los tórridos encuentros de la incestuosa, pero ya irrenunciable relación con su propio padre en los lugares que los habían tenido, y ya en varias ocasiones.
Papi había sido un fogoso amante de su hija mayor. Todo había comenzado solo unos meses atrás, pero sentía como que habían pasado años siéndolo.
Anne era ya toda una apetecible señora madura, de muy buen ver, y si bien muchos perciben a un hombre mayor de 60 como sexualmente caduco, Tomás le había demostrado con hechos todo lo contrario.
Tomás era un verdadero toro, tanto por su tamaño como por la energía con que se tiraba a Anne tras varios años de inactividad sexual.
Anne le consentía hasta el mínimo detalle y no tardó mucho en darse cuenta lo que le urgía a papi, tras haber probado infinidad de remedios para eliminar su lastimoso estado de ánimo: una compañera y sexo, mucho sexo, la alternativa que siempre cura.
La justificación para ella misma fue que todo sucedió por compasión hacia su padre, claro, no sin antes provocarlo durante algunas semanas con su vestir y sus movimientos al andar o agacharse. Al viejón no le quedaba más remedio que observar los encantos que su hija le ofrecía “accidentalmente”, haciéndolo sentir con mucha frecuencia su pene endurecer.
Ella bien sabía que a su padre le vendría a las mil maravillas reactivar su vida sexual, pero le preocupaba que, dada su posición económica y edad, cayera en manos ...
... de alguna aprovechada de esas que abundan, aunque de vez en cuando se lo insinuaba. Le preocupaba que papi estuviera tan empolvado que no supiera ni que hacer, dado el momento.
Su relación con su esposo Raúl era normal, tras algo más de quince años de matrimonio. Llevaban una vida sexual normal y nunca le había habido infidelidad entre ellos, hasta que sucedió lo que tenía que suceder.
Para Anne era excitante notar que, especialmente en los últimos días, su padre presentaba erecciones muy evidentes y frecuentes cuando ella estaba con él. Durante las noches, Anne se masturbaba pensando en papi mientras se bañaba, acariciando la idea de ser su amante, pero no tenía idea de cómo dar el primer paso. Anne se portaba a veces como toda una zorra con él al curvearse de más, al agacharse frente a él, desbotonar un poco su blusa, incluso, andar sin sostén ni calzón.
En una ocasión, Tomás le pidió a Anne que le ayudara a encontrar unos lentes que estaba seguro se habían caído de su buró. Mientras papi estaba sentado sobre la cama, Anne se agachó para ver debajo de ésta, con la firme intención de dejar que papi viera el inicio de sus blancas nalgas. Tomás no se volteó para otro lado.
Unos días después, con el pretexto de buscar algo en el ático de la casa paterna, Anne subió la escalera de madera mientras su padre la esperaba al pie de la misma. Anne traía puestos unos pantalones cortos, algo ajustados y sin calzón. Cuando volteó para pedirle la linterna de mano, vio cómo su ...