Cierro mis Ojos, o El Aniversario de 50 años
Fecha: 25/08/2017,
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Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos
Cierro mis Ojos, o El Aniversario de 50 años.
Realmente no tenía idea de cómo contar esta parte de mi vida, pero el deseo de comunicar el hecho y hacérselo llegar a los lectores pudo más en mi pues es un acontecimiento que marco mi vida para siempre y nunca pensé que cincuenta años después, siguiera tan vigente en mi memoria.
Para entender la historia, he de dejar sentados los antecedentes, y no sé cómo empezar, desde que inicié mi vida sexual a los doce años, con una mujer mayor de 25 años, entendí que el sexo iba a ser una parte muy importante en mi vida y dadas las enormes satisfacciones que este me brindaba, fue mi intención llegar a tocar con esa emoción a la mayor cantidad de personas posibles a mi derredor. Dada la intensidad de la relación, por dos años no tuve más ojos que para ella, cuando salió de mi vida me di cuenta que no podía ir por ahí contando lo que había vivido, un mucho porque ella era casada y otro poco más porque no se podía hablar de sexo con cualquiera, no es que fuera una época obscurantista pero la verdad que en 1958 nadie hubiera creído mi experiencia y mucho menos la entenderían, no obstante en casa, el tema de la sexualidad nunca fue obstáculo en las conversaciones ya que mi padre como extranjero, tenía otra perspectiva de la vida.
Lo anterior dio inicio a mi relación con mi hermana, le llevo un año de edad y dos en cuanto al nivel de escolaridad, por ese año con los catorce cumplidos, estaba a punto de concluir la educación secundaria ...
... y ella con trece recién empezaba en la misma escuela. Mis compañeros, en cuanto supieron que era mi hermana, unos perseguían más mi amistad y otros buscaron acercarse al mismo círculo donde yo me movía. La razón era lo hermosa y divertida que era mi hermana, morena orgullosa, de alegre carácter y sonrisa permanente, tenía otras cualidades que yo no había visto en ella y que los necios de mis amigos comentaban en mi cara y a mis espaldas. –Te fijaste que bellas piernas?, -Ya viste que muslos tan comibles tiene?, -Ya viste que senos se gasta?, Que boca tiene, yo me la pasaría besándole, en fin, eran tantos y tan desbocados que empecé a mirar a mi hermana con otros ojos.
Varios de mis amigos empezaron a acompañarnos en el recorrido que hacíamos de la escuela a casa y fueron muchos de esos varios que pretendían separarnos con tal de pedirle a ella una oportunidad, durante el trayecto, la dejaba ir adelante con tal de vigilar su trato con tanto pretendiente, nunca tuve celos, pero siempre pensé en la seguridad de ella, no quería que fuera la carne donde otros se iniciaran en el sexo y mucho menos quería que pasara una experiencia traumática para ella.
Por la cercanía que manteníamos toda la semana, era muy común que en algunas actividades de fin de semana también coincidiéramos y fue en un fin de semana en que todo empezó, habíamos ido a una fiesta y al salir no encontramos un taxi que nos llevara a casa, decidimos ir caminando y tomándome del brazo iniciamos el recorrido, ...