Cierro mis Ojos, o El Aniversario de 50 años
Fecha: 25/08/2017,
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Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos
... casi me ahogo cuando de buenas a primeras mi hermana me pregunta:
-¿Extrañas a la señora Anita?
No me imaginaba que ella estuviera enterada de la aventura, no supe que contestar y de repente la siguiente pregunta:¿Por eso es que no tienes novia? Y la siguiente:¿Te gustan solo las mujeres mayores?No sabía si contestar afirmativamente con un simple si o explicar cada respuesta, ante la duda solo conteste, -Hay hermanita, ¡si tú supieras! Y como me había tomado del brazo, apreté suavemente su mano y la acaricié con mi mano libre.
Continuamos caminando en silencio, de repente mi hermana disminuyo el paso y volteo a mirarme al preguntar:
-¿Tú me enseñarías?
-¿Qué quieres que te enseñe?, es diferente, tu eres mujer y yo soy hombre las diferencias son obvias. ¿No crees?
-Por eso, por las mismas diferencias, tú me puedes enseñar muchas cosas, a besar, por ejemplo.
Ante su respuesta, ahora el que se paró totalmente fui yo, solté su brazo y le tome por los hombros, -¿te das cuenta de lo que dices? Somos hermanos.
-Por lo mismo, sé que solo me enseñarías y no me harás ningún daño.
Reanudamos la marcha y no conteste nada, en mi mente se arremolinaban miles de ideas y posibles respuestas e implicaciones.
-También necesito aprender a sentir y a descubrir mis emociones, no quiero llegar tonta al primer novio.
Sin saber que contestar, llegamos a casa, antes de entrar, me soltó el brazo y se colocó frente a la cerradura impidiendo que abriera, -Prométeme ...
... que lo pensaras, por favor ayúdame, necesito aprender.
Sin contestar, solo moví afirmativamente mi cabeza, abrí y entramos de lleno al patio interior de la casa.
Nuestra vivienda estaba al fondo del patio, aun teníamos que pasar una reja para un pequeño patio que permitía el acceso a las diferentes habitaciones, la primera a mano derecha era de mi abuela, la segunda que era sala comedor, el baño, la cocina, la recamara de mis padres y nuestra recamara que compartíamos con una prima y nuestro hermano menor. Tocamos a la de mis padres avisando que habíamos llegado, contesto mi madre y fuimos a la nuestra, dentro la distribución era visible por una pequeña lámpara dedicada al altar de la Virgen de Guadalupe, la primera cama era la de nuestra prima, la segunda era la de mi hermana y al fondo la litera que compartía con mi hermano, yo en la parte baja y el en la parte superior.
A pesar de que no había pasado nada, me percaté que tenía una buena erección, empecé a desnudarme y no pude evitar el tocarme, más lo hice porque vi como mi hermana se desprendió de su blusa y falda y así de pie, dejo su ropa interior y deslizo su camisón por la cabeza antes de entrar en su cama.
Permanecí sentado y me masturbé, dejando mi derrame en una pequeña toalla de manos que ya tenía prevista para esos momentos. A pesar de ello, no logre dormir, su petición me había trastornado.
La mañana del Domingo transcurrió como muchas otras, después de que nos llamaran al desayuno y al ritual de ...