Horas extra
Fecha: 03/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... apoyó sobre mi cadera y su ritmo se aceleró. Dio varios embates más y sentí cómo inundaba mi traserito. Fue enorme la cantidad de esperma que salía de él. Sacó su miembro y lo limpió con mis nalgas y con mi falda enrollada a la cintura. Se sentó a mi lado y me besó.
-¿Te gustó, perrita? -Sí, sí me gustó jefe...
Él me sonrió y me invitó a que le limpiara la verga. Lo miré y me fui encima de su hermoso pene a lamerlo hasta dejarlo limpio. Mientras lo hacía sentí a alguien detrás mío. Gire y se trataba del jefe de seguridad que miraba la escena con una cara de vicio increíble.
-¿Qué tal la vista José? Preguntó Daniel -Excelente...
Respondió el hombre mientras me miraba. Yo estaba congelada sentada desnuda a un lado de Daniel que me sobaba el cuello y se sonreía con José.
-Bien rica esta puta ¿cierto? -Pues yo la vi muy bien puestecita don Daniel... -Ya sabe que de noche esta empresa es suya con todo lo que tiene dentro...
Al decir esto miré a Daniel y éste me sonrió. José se acercó hasta mí al tiempo que se bajaba el pantalón, sacando un pene gruesísimo y empalmado a más no poder, pues había visto todo desde el inicio. Lo tomó en sus manos y me lo ofreció para que lo chupase. Daniel me presionó del cuello y no hice más que abrir la boca e intentar tragarme el paquete del vigilante.
Su verga era más pequeña que la del jefe pero mucho más gruesa. Comencé a lamerlo y darle pequeñas mordidas.
-Eso sí, mamita, así. Mírame a los ojos mientras lo chupas... me ...
... gusta ver la cara de putas cuando lo maman...
Me decía el tipo mientras tocaba mis senos y se iba quitando la ropa. Daniel se sentó frente a nosotros a disfrutar de la escena.
El vigilante era un hombre de unos 45, bajito, pero acuerpado, blanco y calvo. Me detenía en la mamada para quitarse su ropa, hasta quedar completamente desnudo. Seguí mamándolo hasta que él me detuvo, se sentó en el sofá y me invito a sentarme sobre su verga gruesa. Así lo hice, sentí esa verga abriéndome un poco mi conchita pues el tamaño del grosor era inédito en mi cueva de sexo.
Cuando pude ensartarlo todo él mismo me daba el ritmo para que subiera y bajara. Mientras me chupaba y tocaba los senos. La fricción con esa nueva verga hizo que me excitara mucho y que intentara llegar a un nuevo orgasmo. Aceleré el bajar y subir. Sentía cada vez más esa verga dentro. Abracé al vigilante y comencé a hablar:
-Sí, sí, qué verga hermosa, me gusta sentirla dentro, dentro... sí, sí...- y me corrí de una forma inusual. Gritando fuertísimo. Arañando al vigilante de tal forma que violentamente me levantó y me puso acostada sobre el sofá. Entonces comenzó a meter y sacar su pene con violencia. Yo le pedía más y más. Parecía que estaba incómodo en el sofá, así que sin sacarme su pene de dentro me puso en el suelo y allí montó mis piernas con las botas sobre sus hombros y me penetró con furia. Luego se apoyó de mis senos y me daba con total violencia. Yo estaba en otro mundo mientras me penetraba. Daniel se ...