1. Extraño a Alex


    Fecha: 04/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: Casado_closetMx, Fuente: CuentoRelatos

    Hacía mucho que no me encontraba con Alejandro, es más, su llamado, después de tanto tiempo me sorprendió. Todavía me acordaba de nuestros calientes encuentros y del primero especialmente, después de conocernos por internet y pedirme que lo recibiera vestido de puta para él. Es más, hacía tiempo que no me ponía tan cachonda un encuentro con un tipo. Decidí, esmerarme para el encuentro.
    
    Elegí la lencería adecuada para recibirlo de la mejor manera. Me puse mi corset de color negro, que afina mi cintura y realza mis tetitas, medias negras con liguero, que sujeté al portaligas del corset, una tanguita negra, un babydoll de gasa haciendo juego con las medias y me monté sobre unos zapatos con taco aguja de 10 cm. Me maquillé con un poco de base, sombra en los párpados, delineé mis ojos con negro y estilicé y engrosé mis pestañas, pinté mis labios con rojo furioso y me calcé la peluca rubia. Di una última miradita al espejo grande de la habitación y me gustó como estaba. Seductora y con cara de perra en celo. Pese a los años que hace que hago transformo, todavía me deleita hacerlo y verme transformada en una mujer y obviamente gozar como la mejor.
    
    Mientras pensaba en ello, el timbre me anunció la llegada de Alejandro. Nos saludamos con un piquito que terminó en un beso profundo, donde nuestras lenguas, se entrelazaban o hacían fuerza por penetrar en la boca del otro. Yo colgada del cuello de mi amigo, sentía sus manos recorrer mi cuerpo, acariciándome las nalgas y mis ...
    ... tetitas. Mis pezones erectos, delataban mi calentura y el bulto de Alejandro, apresado en su pantalón, se sentía duro contra mi vientre y entendía así, que la calentura era mutua.
    
    Ya en el dormitorio, lo fui desnudando hasta dejarlo con su impresionante verga apuntándome amenazante, fui bajando con mis besos, desde su boca, pasando por su velludo pecho, hasta ese cordón de vellos que une el ombligo con el nacimiento de su pene. Tomé sus huevos hinchados con delicadeza y comencé a lamer ese hermoso torso, mi lengua, recorría el tronco, sintiendo el relieve de sus venas marcadas y envolviendo con lamidas y besos su glande inflamado como una ciruela, rebosante de precum, el cual formaba un delgado hilo entre su verga y ni lengua cuando me separaba, terminé por metérmela toda en mi boca y encajarla en el fondo de mi garganta, la volvía a sacar y a lamer y a devorar, sin dejar de masajear sus huevos hinchados. La mamada, que le estaba dando, lo hacía delirar. Yo sentía como su verga, muy dura, latía, anunciando una pronta eyaculación, la cual demoraba, apretándole sutilmente sus huevos también duros y seguramente rebosantes de leche.
    
    Mientras seguía con mi labor bucal, chupando y deleitándome con esa vergota, los dedos de Alejandro, hurgaban entre mi tanga, metiéndome su dedo mayor en mi ano. Después de más de 15 minutos de chupársela, mi boca se empezó a llenar de semen cremoso y caliente. Su chostote disparó 5, 6 o más lechazos, los cuales fui saboreando y tragando con placer. ...
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