Amor y odio (Parte 4 de 5)
Fecha: 05/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
Nota: todos los nombres de personas, fueron alterados para preservar la verdadera identidad de los protagonistas.
Mi arribo estaba previsto para el medio día, habíamos pactado almorzar en el hotel, mi intención era conocer su casita en Beaumont, quería conocer a sus abuelos, en definitiva, quería tener un punto donde anclarme a futuro por si ella volviera a desaparecer de mi vida.
Pero las cosas se complicaron, como de costumbre, llegué al hotel cerca de las cuatro de la tarde, no la vi, no pudimos comunicarnos y la impaciencia me devoró.
Mientras hacía el check-in en un inglés básico pregunté si había algún recado de Emily, algo, seguramente ella habría estado temprano en el lugar.
El joven que me atendía revisó la agenda y me contestó en un perfecto y burlón castellano, me dijo que la joven Emily me esperaba en la piscina de la planta alta.
Los segundos que tarde en ir a la habitación, prepararme para la piscina, y subir hasta el piso más alto me sonaron a siglos, mi corazón latía pareciendo saltar de mi pecho, las sienes punzaban pareciendo estallar, las manos me transpiraban a pesar del frío del aire acondicionado.
Al llegar, el sol a pleno quemaba en un cielo celeste, precioso, sin una nube, una suave brisa acarició mi rostro, no había demasiada gente, pero la divisé al borde de la piscina, era imposible no encontrarla, estaba boca abajo tomando sol, sonreí, me sentí feliz, su majestuoso culo lucía atractivo a mi vista, solo en mis pensamientos me ...
... molestó el tamaño de su traje de baño americano, tapando casi todo, seguramente en Argentina luciría una provocativa colaless, esos glúteos no estaban diseñados para estar ocultos…
En fin, dejé la bata a un lado, y fui a abordarla, a sorprenderla, le di una fuerte nalgada y me abalancé sobre ella como un adolescente, no me importó nada, un beso tan dulce y profundo como no recordaba haber dado, pero ella me sorprendió nuevamente, luego del beso me dijo
-No sabes cómo te extrañé! Pero calma, calma… no estoy sola!
Al decir esto señaló con la vista al medio de la piscina, una joven se zambullía una y otra vez, y al notar a mi presencia vino a nuestro encuentro con cierta timidez, entonces explicó la situación
-Francesco, te presento a Elizabeth, una vieja amiga que de casualidad estará hoy en el hotel, ella es azafata, partirá mañana, Elizabeth, él es Francesco, el tipo del que te hablé…
Rápidamente, como detective, desmenucé a Elizabeth, supe que era de México, cerca del Distrito Federal, su acento mexicano me causó cierta gracia, era loco, una venezolana, una mexicana y un argentino mezclados en Estados Unidos.
Y sospeché como de costumbre entre verdades y mentiras, en mi experiencia las azafatas son chicas altas, y Elizabeth se veía bastante ‘chaparra’, pero en fin, parecía bastante simpática, un poco introvertida y una joven dulce, bastante opuesta a lo que Emily era, me llamó la atención su rostro bastante aniñado, de ojos dulces, que en aparente inocencia ...