1. La delicia de Alicia


    Fecha: 06/06/2019, Categorías: Incesto Autor: LegiónOscura, Fuente: SexoSinTabues

    Muy pocas personas en el mundo me desagradan como mi prima Alicia. La detesto con toda mi alma; simplemente es demasiado buena pretendiendo que está bien, pero yo sé que, por dentro, se encuentra sola. Una vez, de esas muchas en las que estuvo por necesidad en mi casa, tuve la oportunidad de verla masturbarse en el baño; y yo no era un voyerista ni mucho menos, es que, en una casa de un solo piso donde solo viven dos adolecentes, unos gemidos como esos podrían ser escuchados hasta por los vecinos. La observé, llevarse al éxtasis con sus dedos, a falta de otra cosa. La vi, pellizcándose fuertemente los pezones cuando el orgasmo la alcanzo en su pasional carrera. Las caras que hacía me parecían sumamente ridículas; con los ojos medio viscos y las piernas rígidas, empujándola contra la tapadera del baño, mientras el placer la atravesaba, sin embargo, no puedo decir que no me quedé a verla hasta que terminó. Soy un cínico y un hipócrita de closet; mi prima me parece fea, solo por el hecho de que es mi prima, pero, en mi patética realidad, es una chica hermosa. Ella y yo, habíamos terminado juntos por una mala broma del destino: mis padres y los suyos, concluyeron, que pagar el alquiler de dos casa de estudio al mismo tiempo era demasiado para la economía de la familia, así que arreglaron que viviéramos juntos por unos cuantos meses; ella iría de su último semestre d la preparatoria y yo a mi primer semestre de la universidad. En muchas sociedades normales, que una mujer y un ...
    ... hombre de edades cercanas compartan una misma casa sin supervisión constante, es muy mal visto, más, sin embargo, el argumento de “somos familia”, pareció ahuyentar a los curiosos que, a nuestras espaldas, cuchicheaban acerca de que mi prima y yo teníamos alguna clase de relación incestuosa. Lo que si era cierto, es que éramos peor que perros y gatos; como agua para chocolate o Hitler y Roosevelt, ¿Y quien de los dos era el nazi?; para mis amigos, ella, y, para los suyos: yo. Sucedió que la primera noche de las vacaciones de verano, mi prima había subido a bañarse mientras que yo preparaba la cena. De alguna milagrosa manera, había logrado que aceptara preparar la comida y hacer algunas tareas de la casa; quería tenerme de su esclavo y eso es algo, que, por simple orgullo, no podía permitir. Tuve que cenar solo, no sé que demonios podía estar haciendo casi una hora en el baño con el agua corriendo. Me dejé caer en el sillón, encendí la televisión para tratar de ahogar el fastidio de cocinar para un fantasma cuando, en medio de unos chapoteantes pasos, Alicia se hizo presente en la sala, con su cabello castaño mojándole la espalda y metida en un short rosa que hacia juego con su camiseta holgada color salmón. Yo la mire; ella me miro como con fastidio. -¿Ya está la cena?, preguntó cruzándose de brazos y en un tono de mando. -Fría y en la mesa, repliqué sin apartar la vista de la pantalla. -¿Y porque está fría?, se llevó las manos a la cadera, en este lado del mundo, la comida se ...
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