1. La delicia de Alicia


    Fecha: 06/06/2019, Categorías: Incesto Autor: LegiónOscura, Fuente: SexoSinTabues

    ... sin dejar de verla a la cara. -¿Quieres hacerlo?, abrí la boca solo un poco para responder, pero Alicia se adelantó con ansiedad, ¡Si no quieres lo entiendo, siempre te estoy molestando y quizás no quieras estar con una chica tan infantil y molesta es solo que no quiero que me dejes aquí sola…¡, apagué sus palabras con un beso y le saqué la camiseta despacio. -Cállate, dije con cariño, solo relájate y abre las piernas, entrelacé mis dedos con los suyos, la sometí de nuevo contra el sillón y apunté mi dureza contra la entrada de sus genitales. No tenia idea de lo que estaba haciendo, aunque, y de manera muy banal, quise pensar que estaba teniendo su primera vez conmigo. Me puse horriblemente nervioso, inclusive me detuve de hacerlo mientras ponía mis hormonas en orden. -Es para hoy, enano, allí estaba de nuevo esa actitud, actitud de niña egocéntrica que no le quedaba en la situación en la que estábamos. -Enano tu hermano, le dije besándola, acepto que no quería que me viera hacerlo, así que, mientras la perdía en mis besos, la penetré de puro coraje. El primer grito que dio fue de mero dolor, pero no quería detenerme, lo que sentía era increíblemente denso. No se comparaba en nada con su boca o su mano. No, eso era otra dimensión de sensaciones; la calidez y humedad que enredaban mi polla, cada vez que la metía dentro de su cuerpo, no tenían igual. Era como estar cogiendo con una suave nube llena de agua. Me aferré de sus pezones, y los apreté como los botones de una maquina, ...
    ... y ella, reaccionado como los juguetes a los interruptores, daba gemidos o reclamaba mi brusquedad. No me hubiera importado que alguien entrara por la puerta, me la seguiría tirando hasta terminar. Continúe hundiendo mi pene en sus entrañas, rascándole el interior y haciéndolo tan profundo como me lo permitía mi cuerpo. Cada bombeo me dejaba la visión de largos puentes de transparente lubricación atrapados entre nuestra caderas, mi verga, reluciente de tantos fluidos se sentía derretir. La posición en la que estábamos dejó de ser incomoda luego de unos diez minutos; me sorprendía a mi mismo lo mucho que estaba aguantando la deliciosa sensación que me daba, pero la chica se defendía, afanada en no dejarme disfrutar más de la cuenta, comenzó a apretarme con fuerza, contrayendo los músculos de su vientre, aunque, realmente no se para quien fue peor aquella decisión. -Alicia, le dije al oído mientras continuaba a toda velocidad dentro de ella, no debiste haberme apretado así, la cara de Alicia palideció de golpe. -No lo hagas, me amenazó con muy poco aire y en medio de una agitación sin igual, ¡No te atrevas¡, la chica logro soltarse de mis manos y comenzó a empujarme la cara hacia arriba, tratando de distraer mi atención, ¡Suéltame en este mismo instante¡. La abracé por la espalda, pegando mi pecho contra el suyo, apoyando mi barbilla sobre su hombro mientras ella agitada brazos y piernas, en un desesperado e inútil intento de detenerme. -Dijiste que te avisara, ¿No?, pues bien, ...
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