LA COMPAÑERA PERFECTA
Fecha: 26/08/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Por: ByL
Hacía ya bastantes años que me fascinaba la lencería de mujer, que me excitaba ver los catálogos de lencería y me imaginaba yo con esas maravillosas piezas puestas, sujetadores y tangas de encaje, ligueros, medias con costura, bodys de todas clases todos tangas, corpiños, y un largo etc que me volvía loco mirar.
Un día me armé de valor y me fui a un centro comercial, dispuesto a comprarme mi primer conjunto de sujetador y tanga. No podía esperar más a ponérmelo a escondidas y disfrutar de la lencería en mi piel. Necesitaba saber que se escondía en esas prendas y que me excitaba tanto.
Llegué a la zona de lencería y empecé a recorrer esos mágicos pasillos, y con ello a volverme loco pensando en que me compraría, aunque la verdad me lo hubiera comprado todo, porque según avanzaba y miraba, todo lo que vía me gustaba y me atraía enormemente.
Finalmente ví un conjunto negro, muy transparente y decorado con trozos dorados, sobre todo las copas del sujetador y las tiras del tanga. Me lancé a por él. Antes de poder tocarlo, llegó la dependienta “buenas tardes, ¿puedo ayudarle?”, casi me da un vuelco el corazón, y le expliqué que quería ese conjunto para “mi novia”, por lo que no tardé nada en llevármelo mientras me iba de ahí a toda prisa.
Llegué a casa y casi me desnudé en el ascensor, la camisa por fuera del pantalón, este desabrochado y casi cayéndose… en fin, entré en casa y me quedé totalmente desnudo. El bóxer se fue al suelo con el pantalón, por lo ...
... que acto seguido, me puse el tanga que saqué de la bolsa y después el sujetador, y se hizo la magia… me sentí sexy, arrebatadoramente provocativa y me excité tremendamente. Miré mi cuerpo en el espejo, recorriéndome de arriba abajo y vuelta a empezar. Por delante y por detrás. Ver mi culo con ese tanga de tira y triángulo me hizo sentirme especial y muy femenina, hasta deseable, lo cual hizo que me excitase aún más…
Comencé a hablarme en femenino y a decirme “uff, que guapa estas cariño”, “como me gustas en tanga y sujetador, nena” y cosas así. Me sentía mujer, y entonces de alguna manera descubrí mi absoluta pasión y devoción por la lencería femenina, y por mi lado femenino.
Estuve casi toda la tarde así vestida, hasta que por la noche regresaron a casa los miembros de mi familia, ya que aún vivía con ellos, por lo que tuve que esconder el conjuntito que me había comprado y que desde luego pensaba disfrutar más veces.
Tuve la gran suerte de poder comprarme más conjuntitos y de poder ponérmelos y disfrutar de la experiencia de sentirme mujer y de verme casi como una diosa del sexo. Me gustaba ponérmelos y ver porno en la televisión así vestida y me imaginaba como protagonista y siempre acababa por masturbarme y correrme con mi lencería puesta. ¡Me encantaba!
Como cada vez mi afición secreta iba a más y cada vez se desarrollaba más, y cada vez tenía más cosas, bodys, corpiños, medias de todas clases, y un sinfín de conjuntitos de tanga y sujetador, tome una decisión ...