1. ¡YA VERAS TU!


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Llevaba Rosa dos años y pico trabajando en casa cuando sucedió lo que voy a relatar a continuación.
    
    Aquella mañana me había quedado haciendo el remolón en la cama, Rosa me había dicho que me levantara que tenia que hacer la habitación. Yo seguía aun en la cama cuando Rosa volvió a entrar y me dijo poniéndose a mi lado:
    
    _ ¿Qué pasa, no tienes ganas de levantarte?
    
    Yo permanecía tumbado boca abajo con la espalda fuera de la sábana por el calor que hacia. La situación hacía que yo no pudiera levantarme dado que estaba en ropa interior y ella se encontraba justo al lado de la cama. En aquel momento hice un gesto y lamento de cansancio y acto seguido ella se sentó a un lado sobre la cama, mientras pasaba una de sus manos por mi espalda desnuda haciendo un leve masaje mas bien terapéutico, lo cual a mi me reconforto enormemente aunque la sensación que me causaba era totalmente distinta a la de un masaje, yo levante los brazos y los coloque debajo de mi cabeza girándola hacia un lateral y diciendo:
    
    _ ¡Umm..., que gusto, esto si que calma! (aunque en realidad estaba sobreexcitado por la situación)
    
    Al cabo de un instante volví a proferir un leve quejido lastimero de placer por lo que Rosa incorporo ya sus dos manos al masaje y continúo su labor diciendo como extrañada y sin darle importancia:
    
    _ ¿Qué pasa, nunca te han dado un masaje? (ella sabia que me estaba haciendo algo mas que un masaje)
    
    Las caricias con sus dos manos recorriendo toda mi espalda con lentitud ...
    ... eran espectaculares, yo me estaba dando cuenta que en realidad lo que estaba haciendo era una impresionante y deliciosa sobada y mi estado de calentamiento y excitación iba creciendo de una manera alucinante y mi polla crecía de forma alarmante. De vez en cuando se me escapa un lamento de placer, que ella oía y entendía perfectamente pues cada vez era más patente que aquello no era un masaje hasta que al fin dije medio sufriendo por el enorme placer que Rosa me producía:
    
    _ ¡Dios, esto es más que un masaje!
    
    Rosa continuó con la labor que estaba haciendo y acariciaba cada vez más los costados de mi espalda. Para aquel entonces yo estaba en un estado de excitación incontrolado y mi polla se había puesto durísima dentro de mi boxer, pero no me importaba porque ella eso no lo podía ver.
    
    En aquel momento ocurrió algo que hizo sobresaltar a Rosa de la cama fulgurantemente y abandonar la habitación, mi madre desde la parte de debajo de la casa había gritado: _ ¿No te levantas ya?, ¡levántate!
    
    Me quedé totalmente a medias, jamás en mi vida me habían dado tanto placer, y pensar que solo con tocarme la espalda, yo me giré y pude sentir como mi polla estaba en un estado que creí que se me iba a salir del boxer, me toque y pude sentir como no podía casi ni permanecer donde se encontraba aprisionada.
    
    Fue en aquel preciso momento cuando me dijé a mi mismo dije una cosa:
    
    _ O me la hace ahora o no me la hace nunca (desde hacía mucho tiempo me había excitado el hecho de que ...
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