UN MOMENTO INESPERADO
Fecha: 10/06/2019,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... que estaban de pie a su lado, con sus respectivas parejas frotándose contra ellos por detrás. ¡Un sexteto poco usual en plena isleta del jacuzzi!Sería hipócrita decir que no me excité con el espectáculo, aunque sí me cohibí un poco al percatarme que era el único mirón que no estaba con compañía femenina.Dejé el jacuzzi y pasé por mi habitación a tomar un libro y de paso un block y bolígrafo por si había que tomar notas y volví al lobby, donde me instalé en un cómodo sillón.
A eso de las 4:30 via Pablo que estaba hablando con el portero, a quien le explicaba que tenía una cita de negocios conmigo.Me acerqué y aclaré el asunto, nos saludamos con el afectuoso abrazo de siempre.Con él venía Osvaldo, su instalador de confianza en tierras mexicas, y un español bajito y cejijunto que me fue presentado con el nombre de Josema.Nos acomodamos en sillones alrededor de una mesa de centro; pedimos cervezas para tres de nosotros y una Coca Cola para el abstemio y taciturno instalador.
Mientras Pablo y yo platicábamos de los pormenores del siguiente proyecto y de los alcances de mi participación en éste, Osvaldo y Josema estiraban sus cuellos para intentar ver algo más atrás de la barrera natural de vegetación que se extendía por atrás del vestíbulo y abrían sus ojos como platos cuando alguna mujer se paseaba cerca de nosotros con escasísima vestimenta.
El asunto de trabajo se zanjó en menos de 15 minutos, la importancia de la reunión era básicamente el definir fechas y delimitar ...
... responsabilidades, por lo que la plática derivó rápidamente hacia lo que para ellos era un hotel sumamente inusual.Les conté de nuestra afición por el nudismo desde hacía más de 16 años y de cómo estas vacaciones re-encendían la pasión de pareja y todas esas vainas, cuando Josema y Osvaldo, que estaban frente a mí, dejaron de escucharme y entraron en una especie de trance: boca abierta, mirada fija hacia un punto que seguían sin parpadear.Instintivamente, Pablo y yo giramos las cabezas en búsqueda de objeto del hechizo y ¡cuál no sería mi sorpresa!, el punto de tanto interés era mi propia esposa Alina, quien caminaba directamente hacia nosotros con su cabello húmedo y su levísimo pareo que permitía ver sus lindas tetas y que a cada paso se abría para mostrar la hermosa rajita de mi mujer.Pablo se levantó como impulsado por un resorte y yo hice lo propio un instante después.
Después de darme un ligero beso en la boca, Alina estrechó la mano de mi cliente y le plantó los dos besos de rigor en sus rubicundas mejillas, mientras preguntaba “¿ya terminaron con sus asuntos, señores, o me debo retirar?”.
Le dijimos que desde luego era bienvenida y le presenté a los azorados visitantes: “Mi amor, este es Valo, de quien tanto te he hablado y él es Josema, recién desembarcado de la Madre Patria”.Alina saludó y besó a ambos, que seguían sin dar crédito a sus ojos y sin poder hilar dos palabras seguidas.Luego tomó asiento junto a mí, en el lugar que Pablo le cedió, buscando éste una ...