1. La playa


    Fecha: 11/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Sr.Hedonista, Fuente: SexoSinTabues

    ... mano izquierda recorre despacito todo tu costado hasta la cadera, ahora mis dedos van recogiendo la tela de tu falda que sube despacio dejando ver la piel oculta de tus piernas, ya sin ella se hace más cálido el tacto entre nuestros cuerpos. Por primera vez tus manos se mueven buscando liberar de su cárcel de tela al intruso que palpita pegado entre tus nalgas. Con las manos tras la espalda buscas a tientas soltar el cordón blanco que sostiene mis pantalones, como puedes lo logras y caen dejando que el contacto de nuestras pieles sea directo, tan cálido y fuerte como un hierro de forja cuando toca el agua. Aquel cilindro de carne caliente y palpitante que está ahora pegado a la suavidad de tus carnes te hace soltar un gemido sonoro que invade el cuarto. Mis manos no se quieren quedar atrás, así que se unen para sacarte el vestido y arrojarlo por el suelo donde se dibujan nuestras siluetas desnudas. No queremos separarnos uno del otro eso es claro, ahora sin barreras mi mano derecha retoma tus senos como prisioneros y la izquierda dibuja una línea recta hacia el sur de tu ombligo. Al llegar a su destino no puedes ocultar que estas excitada, tu cuerpo te delata estas empapada, el solo roce de mis dedos con tu sexo hace que en un respingo eches hacia atrás tu cadera y sientas con mayor presencia aquel ariete hirviente. Giras la cabeza buscando mi boca con desespero, me comes la boca como si tu vida dependiera de ello, muerdes mi labio inferior y juegas con tu lengua en mi boca. ...
    ... Yo respondo explorando con mis dedos en medio de tus piernas, siento la humedad ahogando mis dedos, es el premio a mis juegos en tu interior. Mi mano perdida entre tus piernas continúa con descaro robándote pequeños quejidos, saco despacio mis dedos juguetones ungidos en tu humedad y quiero probarlos, quiero tener ese sabor en mi boca y esa fragancia metida en mi nariz. Me encanta tu sabor, me domina tu olor, es tanto el deseo que me produce que quiero probarlos directamente de la fuente, decido entonces bajar besando tu espalda incrementando tu deseo. Te agarras del marco de la ventana, tus dedos quieren arañar la madera, solo el mar espía nuestro placer mientras mi boca hace un camino a lo largo de tu espalda, un camino de besos y pequeños lengüetazos eléctricos. Llego al final de la espalda donde dos pequeñas depresiones que señalan el inicio del coxis, le doy un beso francés a cada una de ellas y continuo en mi travesía, tu sabes bien que busco y automáticamente comienzas a recostarte hacia delante contra la ventana, sin doblar las rodillas. Y al fin me encuentro frente al manjar más apetecido y deseado por tanto tiempo, aguanto mis embates y decido comenzar despacio a disfrutarlo. Mis manos ahora son dueñas cada una de una de tus nalgas, el tacto es duro, suave y tibio a la vez. Suavemente las separo para dejar a mi merced mi premio, su sola imagen me hipnotiza, me atrae; sin pensarlo mi boca busca un beso largo, mi lengua comienza a explorar despacio ese mar de sabores ...
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